El Plan General «más democrático»

La parte del Plan General de Ordenación de Llanes que responderá a las opiniones y necesidades de la ciudadanía ya ha echado a andar. Ayer por la tarde, en la Casa de la Cultura de la villa, alrededor de un centenar de personas se reunieron en torno a la propuesta de participación de Manuel Domínguez y Aurora Adalid, del grupo de arquitectos Zuloark, que serán quienes lideren esta parte del trabajo previo al desarrollo técnico del PGO.

Durante su intervención para explicar a los asistentes en qué consistirá esta primera etapa, los arquitectos apelaron a esa colaboración porque entre todos los participantes construirán «el Llanes que les gustaría», aportando al futuro desarrollo del Plan un documento con el que trabajar y que «estará apoyado sobre unos valores consensuados y sobre la forma de aplicarlos» al PGO, por lo que posteriormente «no sería rechazado por los ciudadanos, ya que incluye esos valores» que ellos mismos habrán aportado.

Este trabajo, cuya duración prevista es de unos cuatro o cinco meses, se fundamentará en varias fases que comenzarán con los trabajos de Estudio y mapeo, cuyo objetivo es canalizar e identificar a través de las redes humanas las inquietudes colectivas de los llaniscos. Para ello, se contará con personas que conocen el municipio, dando especial relevancia a la sabiduría popular y a los conocimientos que tienen los mayores acerca de cómo era el urbanismo local antes del desarrollo de los anteriores planes generales.

Así, se identificarán también las oportunidades de desarrollo y los acuerdos ciudadanos tácitos, es decir, aquellos que los vecinos hacen de forma espontánea, sin que esté regulado ni escrito en ningún sitio, buscando solo el bien común y el mantenimiento del concejo o de determinados lugares del mismo.

De esta forma, explicaron los integrantes de Zuloark, «vamos a contar Llanes de otra manera, situándolo todo en el mapa y contando con las personas» a través de talleres abiertos, para los que se irán acordando los días y las horas de celebración, y de los que saldrán finalmente las propuestas que la ciudadanía considere que deban ser incluidas en el plan o tenidas en cuenta para su futuro desarrollo.

A lo largo de este proceso, explicó Aurora Adalid, «se puede trabajar o llegar a acuerdos entre los ciudadanos sin que el Plan General esté hecho» y puso como ejemplo la posibilidad de que en esos talleres «se haga una cartografía de distintos lugares vacíos y resulte que uno de los vecinos necesite un local». Lo habrá encontrado. No existe PGO, pero este tipo de urbanismo colaborativo habrá dado ya resultados.

Derechos urbanos

Durante la presentación de esta fase de trabajos previos, los arquitectos de Zuloark dejaron claro que no se basarán en encuestas, sino en «las historias, en la forma de vivir de la gente» de acuerdo a lo que dieron en llamar «Declaración Universal de los Derechos Urbanos», destinada a detectar las inquietudes y problemas de la ciudadanía a través de un análisis sociológico cualitativo. Partiendo de él, se harán posteriormente sesiones de trabajo y se pondrá toda la información en común, contando con expertos en la materia de la zona y de otros lugares, que contribuirán así a hacer un diagnóstico claro que oriente el futuro Plan General.

Este proceso traerá consigo, de forma transversal, una fase de aprendizaje para todas las partes: por un lado, aprender a relacionarse entre distintos colectivos y, por otro, entre ciudadanos y técnicos (en esta primera fase no participarán los políticos), en un espacio neutral de debate entre la administración y la sociedad, en el que se hable con libertad y se coordinen los proyectos.

En el turno de preguntas, varios vecinos tomaron la palabra tanto para aclarar algunas dudas como para expresar su opinión acerca de este proceso y de los planes generales anteriores.

Una idea que se repitió en varias ocasiones fue que «es importante hablar con la gente, con los sabios» de la zona, porque los anteriores documentos «además de no ser legales, no tenían memoria». «Se olvidó mucho patrimonio y esta es una forma mucho más democrática de trabajar, con la gente que vive aquí y que somos los que padecemos o disfrutamos las cosas», reflexionaba una vecina.

Día histórico

También hubo quien consideró la jornada de ayer como «un día histórico» para el concejo porque el resto de planes «se hicieron a espaldas de los vecinos y, si se hubieran llevado a cabo, habrían supuesto la destrucción de Llanes y del paisaje costero».

No faltaron tampoco quienes pidieron a las distintas administraciones «que se cambie la normativa que puede afectar a la población» en el ámbito del urbanismo, haciendo referencia por ejemplo al Plan de Ordenación del Litoral Asturiano (POLA), «porque mientras no se modifique eso habrá cosas que nunca podremos cambiar por mucho que queramos», explicaba otra lugareña. Alguno de los participantes se mostró igualmente preocupado ante «una realidad política y social muy dura, porque después de tres planes ya hay posiciones definidas sobre el urbanismo» entre la propia ciudadanía, aunque también creen que esta forma de trabajo «puede ser la que logre acabar con ese distanciamiento entre unos y otros».

La gran importancia que algunos llaniscos dan a este proceso quedó reflejada también en la intervención de un vecino que propuso «la firma de algo parecido a los 'Pactos de La Moncloa', entre políticos, ciudadanos, constructores... que garantice un acuerdo de mínimos que obligue a quien gobierne, sea quien sea, a tener en cuenta nuestra aportación para redactar el PGO».