Los «ángeles anónimos», ante la Santina

También en los valores del cuerpo insistió el canónigo David Cueto, quien agradeció a los policías su «gesto tan bonito de entrega». Esos agentes, añadió, son los «ángeles anónimos que están cuidándonos y que pasan desapercibidos». Ante la Virgen de Covadonga pidieron asimismo por quienes «entregaron su vida en acto de servicio».

La peregrinación a Covadonga fue impulsada por la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), que ofreció a la Santina sus estandartes y un ramo de flores. «Lo hemos disfrutado mucho», indicó el inspector jefe Juan Luis García Ampudia. La de ayer fue además una jornada especial para Iván Delgado, policía jubilado tras sufrir hace cuatro años un accidente que le dejó tetrapléjico. «No se deja nunca de ser policía», confesó Delgado, quien compartió su agradecimiento por la ayuda recibida tras el accidente: «Me han cuidado a mí y a mi familia». Además de participar en un relevo, sus compañeros se encargaron de que pudiese salvar las barreras arquitectónicas que impiden el acceso de sillas de ruedas a la Santa Cueva. «Es una ilusión poder estar con los compañeros, además de la parte solidaria», explicó el agente Álvaro Álvarez.

Esa vertiente solidaria estuvo dirigida a sus compañeros de cuatro patas, los perros de las Unidades Caninas que buscan hogares tras su jubilación. A través de la peregrinación, consiguieron reunir un kilo de carne por kilómetro, hasta un total de 1.280 donados por la empresa asturiana Cadarma. A la marcha se unieron además 'Gea' y 'Bruma', pastores belgas malinois especializados respectivamente en detección de estupefacientes y dinero y de explosivos.

Las acogidas de perros que ya no están en servicio, tanto de Policía Nacional como de otras fuerzas, se gestionan a través de asociaciones como Adopta K9 y los hogares, recordaron, son siempre necesarios.