Un San Antonio de gaita y ramos a la espera de «un año mejor»

No fue el San Antonio parco del pasado año, pero tampoco el festejo que desbordaba las villas antes de la pandemia. Tanto en Cangas de Onís como en Infiesto celebraron ayer una fiesta aún comedida, con actos centrados en la vertiente religiosa y actuaciones musicales al aire libre. En la ciudad canguesa, donde San Antonio se vive con fervor, el sentir fue de una alegría a medias por lo mucho que todavía no se ha podido programar. «Falta la procesión, que es sin duda el momento más guapo, falta la llegada a la capilla, la verbena, la joguera, toda la gente vestida, la jira, juntarse las familias con la tortilla... falta la esencia», enumeró David García. No obstante, precisó, «hay que intentar sacar la fiesta adelante y disfrutar con la familia. Celebramos San Antonio para que no se olvide de nosotros y que el año que viene sea mejor que nunca». Vecinas como Agustina Nieto y Maribel Somoano mantuvieron la tradición de acudir vestidas con el traje regional, como ya hiciesen el pasado año. No obstante, señalaron que es «una pena» que San Antonio haya coincidido en fin de semana, pues sin la crisis sanitaria la fiesta se hubiera multiplicado. «Al caer de domingo sí que se nota más gente, a ver si el año que viene mejora la cosa», contaron.

A la espera de esa ansiada normalidad, los cangueses disfrutaron de la actuación de la banda de gaitas Ciudad Cangas de Onís y de conciertos distribuidos por toda la capital para evitar aglomeraciones. Con el mismo fin, fueron tres las misas oficiadas a lo largo de la jornada en la iglesia parroquial. Similar estrategia siguió Infiesto, donde la eucaristía se trasladó del templo a la carpa instalada en la plaza del Ayuntamiento. El sacerdote Manuel García 'Lito' recordó a los piloñeses que San Antonio es «uno de los santos más queridos» y que en la parroquia ha estado siempre ligado a la solidaridad. La recaudación de los ramos, como sucede desde «tiempo inmemorial», se destinará a Cáritas, al igual que la venta de farolillos para la suelta «in memoriam» de la medianoche. Infiesto albergó además conciertos de la Coral Polifónica Piloñesa, de la asociación musical De la Fuente y de los artistas locales José María Aladro y Candela Álvarez. No faltó tampoco el tradicional concurso de boroños, la alfombra y la ofrenda floral.