Los ganaderos del Oriente se manifiestan para reclamar un nuevo plan del lobo que permita «actuar con inmediatez»

«Unas patrullas específicas de acción inmediata que permitan ajustar las poblaciones del lobo a la realidad de los daños». Es lo que esta mañana han reclamado cerca de trescientos ganaderos del Oriente que decidieron salir a la calle en Cangas de Onís ante el importante repunte de los ataques que sus animales llevan sufriendo desde junio. Con más de cuarenta bajas de ganado mayor y reciella contabilizadas solamente en el concejo de Amieva y la Montaña de Covadonga, los pastores no aguantan más.

El actual Plan de Gestión del Lobo, apuntó Xuan Valladares portavoz de Asturias Ganadera, «tal y como está planteado desde hace veinte años, no funciona», por lo que, recalcaron, es preciso «revolucionar la logística». «Necesitamos un nuevo plan que permita actuar con inmediatez, pues no sirve de nada tener que esperar treinta días desde que comienzan los ataques si en ese tiempo han desangrado a la ganadería», agregó el regidor de pastos de la Montaña de Covadonga, Toño García. El veterano ganadero lamentó, eso sí, la escasa afluencia de manifestantes. «Deberíamos ser muchos más, necesitamos estar unidos porque este es un problema que nada tiene que ver con la política y nos afecta a todos igual».

Los manifestantes se concentraron a las once de la mañana ante la Casa Dago, donde se ubican las oficinas del Parque Nacional de los Picos de Europa, para a continuación proceder a cortar el tráfico de la travesía canguesa y dirigirse hacia el Puente Romano. A continuación enfilaron de nuevo la avenida de Covadonga hasta finalizar su marcha ante las oficinas que la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial posee en la ciudad. Allí, las jóvenes canguesas Zara Cardín, de trece años y vecina de Igena, y Adriana Allende, de doce años y residente en Santianes de Ola, fueron las encargadas de leer el manifiesto de los pastores.

«Parece mentira y es intolerable que un problema que llevamos tantos años denunciando siga yendo a peor», arrancaron, y criticaron cómo el problema del lobo empeora cada año «por culpa, exclusivamente, de la ineptitud de nuestros gobernantes». Lamentaron ser «los más ningunéados por la Administración» y recalcaron que «no queremos que nos adulen, que hablen bien de nosotros, diciendo que somos los paisajistas de Asturias, que somos muy importantes para la sociedad y que nuestra actividad ganadera derrocha beneficios y bondades a todos los niveles». «No les damos permiso para hablar más bien del sector, ni para que aparenten que les importamos hasta que actúen», añadieron las jóvenes.

El plan, insistieron, «no ha funcionado nunca, ¿por qué va a hacerlo ahora?». E indicaron que no quieren «un plan que no garantiza el control de la especie hasta hacerla compatible con la actividad ganadera de cada zona, que no permite contabilizar los verdaderos daños que causa el depredador, que no paga con justicia e inmediatez los daños que alcanza a reconocer». Por ello, reclamaron un nuevo sistema, así como que «se introduzcan cambios en la Ley de Caza que garanticen nuestros derechos».