«La ministra Ribera y quienes quieren proteger al lobo deberían irse a su casa»

Con los sectores turístico y ganadero «tocados» por la crisis sanitaria, el Ayuntamiento de Onís trabaja ya en un proyecto que pretende poner en valor recursos como el pastoreo y el Gamonéu, huyendo de las masificaciones. Sin embargo, su alcalde, José Manuel Abeledo Viesca (Etterbeek, Bruselas, 1974), advierte del «peligro» que la protección que se quiere dar al lobo supone para la zona rural y sus habitantes. Anima, asimismo, a acelerar la implantación de la fibra óptica y a reducir la burocracia para animar a la gente a asentarse en los pueblos.

-¿Cómo está afectando la pandemia al concejo?

-A nivel sanitario estamos mejor que hace quince días, cuando la situación fue crítica, con ocho casos. A nivel económico, se está notando. Hay 1.500 plazas de alojamiento que llevan cerradas prácticamente desde el verano y de los nueve bares que tenemos solamente hay tres abiertos. Esto afecta también a la ganadería, pues se vende menos y a precios más baratos.

-¿Van a tomar medidas?

-Estamos esperando a ver cómo se comporta marzo para decidir si repetimos las medidas de 2020, cuando bonificamos el 100% de la tasa de terrazas durante todo el año y las de agua y basura durante el primer semestre. También bonificamos al completo las tasas de pastos del pago de cierres y cabañas.

-¿Cómo compensan esa caída de ingresos?

-El año pasado fueron 40.000 euros los que dejamos de ingresar, que para un concejo como el nuestro, con un presupuesto de 800.000 euros, es una cantidad importante, pero logramos compensarlo con el cobro de la tasa a las eléctricas.

-Les acaban de conceder 880.000 euros para desarrollar un plan de ecoturismo. ¿En qué va a consistir?

-En los próximos días vamos a contratar la gerencia para comenzar ya porque tenemos tres años para desarrollarlo. Es un plan muy ambicioso y está encaminado a vender un turismo sostenible, es decir, a promocionar Onís pero evitando la masificación. La idea es utilizar y promocionar recursos como nuestra etnografía, nuestra cultura y nuestros productos recuperando las rutas y las cabañas del puerto y poniendo en valor tanto el Gamonéu como nuestra carne de oveja, cabra y vaca.

-Quieren también potenciar sus accesos al Parque Nacional.

-Una de las patas del proyecto es arreglar el acceso que entra hasta el Parque por la Vega de las Mantegas y regularlo para el uso turístico, porque no queremos que se masifique y sea como el transporte a los Lagos con autobuses, sino con coches eléctricos. Creo que es el futuro y que podemos servir de modelo para subir turistas arriba y compaginar la pista con el uso ganadero que tiene actualmente. Va a venir bien, sobre todo para vender una marca diferente a lo que es el turismo masificado que vivimos el verano pasado y que no trajo buenas consecuencias, porque sí es verdad que hubo bastantes ingresos económicos, pero las consecuencias las vimos después con la crisis sanitaria que tuvimos.

-Habla además de recuperar las cabañas de la majadas.

-Sí, estamos coordinando con el Principado la recuperación de cabañas de las majadas de Onís, que están muchas de ellas prácticamente en ruinas o deterioradas. Queremos recuperarlas no solo para uso ganadero, sino también para uso vecinal de forma que incluso quienes tengan alojamientos turísticos en el concejo puedan rehabilitarlas y utilizarlas turísticamente como un producto añadido a ese alojamiento. Creo que es una buena forma de recuperar esas cabañas, que es una pena que se estén perdiendo.

-Las cabañas se pierden por la desaparición del pastoreo propiciada, entre otras cosas, por los ataques del lobo al ganado según denuncian los propios afectados. ¿Qué le parece que se le quiera dar más protección?

-Donde hay ganadería extensiva no puede haber lobos porque no hay forma de proteger a un animal a menos que esté estabulado los doce meses del año. Pero entonces estaríamos hablando de ganadería en intensivo y esta modalidad elimina por un lado el valor añadido que tiene nuestro queso Gamonéu y, por otro, aumenta la contaminación, porque genera muchos más purines que a algún lado tienen que ir y ahora mismo no estamos preparados, ni nosotros ni otras comarcas, para manejarlos. Yo lo tengo muy claro, en nuestra zona no puede haber lobos y me parece una falta de respeto tanto desde el ministerio como desde las comunidades autónomas que votaron a favor de aumentar la protección al lobo. Creo que deberían irse a su casa porque no tienen ni idea de lo que es el medio rural.

-¿Teme que agrave la situación del sector?

-Sí. Y lo más grave es que es la misma ministra -Teresa Ribera- y los mismos presidentes que van a gestionar en los próximos años el reto demográfico. Pero es que protegiendo al lobo lo que hacemos es que desaparezca la ganadería, que los Picos de Europa dejen de ser lo que son y que los pueblos pierdan población al perderse la actividad económica. No saben lo que están haciendo.

-¿Cómo es ahora su relación con el Parque? ¿Ya no se quiere ir?

-Ahora es buena. Por primera vez en muchos años las políticas dentro del Parque han cambiado. Por ejemplo, en el caso del proyecto de rehabilitación de cabañas antes eran todo trabas y ahora se va a poder hacer. Asimismo tenemos otro proyecto de manejo y arreglo de caminos, como fue el caso de la pista de la Vega de las Mantegas, y para este año tenemos aprobadas 100 hectáreas de desbroces, algo que no se vio estos años de atrás. Creo que David Villar está demostrando que se puede gestionar el Parque de otra forma.

-¿Y qué pasa con el Plan Rector de Uso y Gestión?

-Estamos preocupados, pero el problema es que siempre tiene que ir acorde con el Plan Director de Parques. Entonces quizás habría que darle una vuelta para enfocarlo más al sector del medio rural, pero también debemos tener en cuenta que lo gestionaría el mismo ministerio, con lo cual a lo mejor cambiamos el plan director a peor.

-Dos de sus grandes proyectos, la residencia y el polígono, ya están en marcha. ¿Tienen algo más en mente?

-Siempre, pero es cierto que a veces nos desmoralizamos porque la burocracia es algo que tenemos que cambiar sí o sí y los plazos con esto de la covid aumentan un 300%. Se está redactando ya el proyecto para hacer viviendas sociales a la salida de Benia y también tenemos en marcha el del parking cerca del Ayuntamiento para que la plaza quede peatonal, pero sobre todo la idea principal de cara a los próximos años es el mantenimiento de las infraestructuras ganaderas y los pueblos, que es lo que la gente necesita, más que megaproyectos.

-Querían revisar su plan general para facilitar la construcción de casas, ¿cómo va?

-Es cierto que tenemos un problema de desarrollo en Benia porque las unidades de actuación son muy grandes y la burocracia es larguísima y desmoraliza a cualquiera. De hecho, la primera que hemos ejecutado fue la parcela de la residencia de ancianos y nos llevó más de dos años solo el papeleo. La revisión quedó paralizada por causa de la covid, pero queremos agilizarla porque la gente debe poder edificar en sus fincas y, además, ahora estamos viendo bastante movimiento de personas que se quieren venir a vivir o montar un negocio.

-¿Cómo está el tema de las telecomunicaciones?

-Las noticias que tengo del Principado es que a lo largo de este año la fibra, que ya tenemos en Benia, irá llegando al resto de los pueblos. Es fundamental porque, por ejemplo, hay onienses que viven en Madrid o Barcelona y siempre están preguntando por la fibra porque se quieren venir aquí a teletrabajar, así que hago un llamamiento para que se gestione lo más rápidamente posible.