Posada cumple con su peregrinaje a Covadonga

Ocho horas y 36 kilómetros de caminata para cumplir con una promesa que hizo hace 26 años y en la que desde entonces le vienen acompañando decenas de vecinos. Mónica Salas, la alcaldesa de barrio de Posada de Llanes, volvió ayer a encabezar la tradicional marcha entre la localidad y Covadonga, a la que solamente faltó el año pasado debido a la pandemia. En esta ocasión fueron veinticinco vecinos de la parroquia quienes caminaron junto a ella desde las cuatro de la mañana para llegar pasado el mediodía al Real Sitio. «Tuve a mi hija malina y prometí que salía adelante vendría todos los años mientras me quedaran fuerzas y así lo estoy haciendo», explicaba ayer Mónica, a los pies de la Santa Cueva, el origen de la tradicional caminata.

Mariceli Inguanzo, de Quintana, es una de sus incondicionales. «Siempre digo que es el último año, pero luego me termino sumando a la nueva cita», reconocía, entre risas. Y junto a ella, quien a sus 71 años hizo ayer la ruta por primera vez, apuntaba que «pensaba que iba a ser mucho más duro, pero lo llevé bastante bien». Una vez en Covadonga, los de Posada pusieron varias velas a la Santina en memoria de los vecinos fallecidos por la pandemia, pero también en agradecimiento por los que lograron recuperarse y, especialmente, para «pedir salud para todos».

La de los llaniscos no fue la única visita que ayer recibió la Virgen de Covadonga, pues se contaban por cientos las personas que pasaron por el Real Sitio, donde se vivió un domingo casi como los de antaño. Entre los numerosos peregrinos se encontraban los integrantes del grupo folclórico Trasgu de Oviedo. «Llevamos 35 años viniendo y solemos hacerlo acompañados por grupos de León, pero esta vez, por seguridad, vinimos nosotros solos», explicó su directora, María José 'Toté' González. Tras las ofrendas le dedicaron la 'Jota la Llana' a la Santina.