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Sin actividad como matadero desde noviembre de 2017, el edificio permanece cerrado a la espera de la venta. G. P.

La subasta pública del matadero de la Mancomunidad del Oriente queda desierta

El precio de salida el edificio, sin uso desde 2017, era de 446.000 euros. El ente tendrá ahora que valorar una revisión de condiciones

GLORIA POMARADA

INFIESTO.

Martes, 13 de septiembre 2022, 08:34

Nuevo revés para la Mancomunidad del Oriente y su proceso de disolución, acordado hace ya diez años. El único nexo entre los doce concejos que integran el ente supramunicipal es el edificio del matadero comarcal de Margolles, en Cangas de Onís, que este verano salió a subasta pública en 446.342,86 euros, cifra que no incluye los impuestos. El plazo para presentar ofertas culminó en agosto sin que se llegase a registrar ninguna, pese a que en meses previos varias empresas sí habían llegado a mostrar interés por hacerse con el inmueble.

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Dada la ausencia de pujadores, el actual presidente de la Mancomunidad, el regidor piloñés Iván Allende, indicó ayer que los miembros del ente mantendrán una reunión para abordar los pasos futuros. Sobre la mesa está «revisar las condiciones» de la subasta y analizar si es posible rebajar un «porcentaje del precio». «Nadie optó a esta subasta, así que tendremos que revisar las condiciones y el margen que nos da la legislación», indicó.

El edificio permanece sin uso desde noviembre de 2017, cuando cesó la actividad como matadero. Para ello fue incluso necesario un desalojo, pues tras un primer intento fallido de sacar de la instalación a la empresa gestora en abril de 2015, dos años después la mancomunidad dio cumplimiento a un auto del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 6 de Oviedo en el que se le autorizaba a expulsar a Mafrimargo-5 S.L.

Con el matadero ya cerrado, la entidad supramunicipal procedió a materializar la disolución, acordada por unanimidad en 2012. Sin embargo, al realizar los trámites comenzaron los problemas burocráticos. En un primer momento, descubrieron que debían resolver la cuestión de la titularidad del macelo, pues en su momento el Principado lo construyó y lo cedió a la Mancomunidad, pero el ente no lo tenía inscrito como propiedad. Registrarlo conllevó una larga tramitación. En junio de 2021 se aprobaba finalmente la desafectación, con el fin de realizar a continuación la subasta. Apareció entonces un nuevo contratiempo: la necesidad de contar con un inventario. Ese documento fue aprobado el pasado marzo y la previsión era proceder al fin a la subasta del inmueble y a la liquidación de la mancomunidad, carente de cualquier tipo de actividad.

«Hasta que no tengamos resuelta la enajenación del matadero no podemos dar el siguiente paso de la disolución», recordó Allende.

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