La osezna recogida en Somiedo volverá pronto a un entorno natural

El Gobierno asturiano trabaja con técnicos de Castilla y León, Cantabria y el Ministerio para la Transición Ecológica para devolver a la naturaleza a la osezna recogida el pasado agosto en Somiedo con graves heridas. El retorno del esbardo al entorno natural se realizará esta primavera y la zona se elegirá teniendo en cuenta factores como la disponibilidad de alimento y la escasa presencia humana, según informó ayer el Principado.

El 27 de agosto del año pasado, personal de la Dirección General del Medio Natural encontró al animal durante una patrulla de vigilancia rutinaria en Éndriga (Somiedo). Inmediatamente se activó el protocolo de recuperación y asistencia veterinaria previsto para estos casos. Tras recibir los primeros cuidados en una clínica de Asturias, la osezna fue trasladada al centro de recuperación de la fauna silvestre de Cantabria, donde permaneció tres meses. A continuación, una vez superadas las lesiones que padecía, llegó al recinto de Valsemana (León) como paso previo a su reintroducción.

La criatura, que ya ha superado los 36 kilos de peso, lleva cuatro meses en este espacio, aislada y en semilibertad. Durante este período ha estado sometida a un estricto protocolo de vigilancia y alimentación. En las primeras semanas su nutrición se basó en carroñas y frutos secos y carnosos (carne de corzo, huesos, bellota, hayuco, manzana, nueces y castañas), mientras que en las últimas ha ido disminuyendo el aporte de frutos secos y carnosos para adecuar la alimentación de la osezna a lo que encontrará en la naturaleza (principalmente carroña, hierba y bulbos).

El director general del Medio Natural y Planificación Rural, David Villar, se reunió ayer con sus homólogos de Castilla y León, José Ángel Arranz, y Cantabria, Antonio Lucio, en el centro de Valsemana. Allí, según informó el Principado, se ha subrayado el «compromiso» de Asturias, Galicia y Castilla y León, el Ministerio para la Transición Ecológica y la Xunta de Galicia para formalizar un protocolo general de rehabilitación de osos pardos cantábricos. «Este protocolo persigue optimizar los recursos humanos y las infraestructuras para hacer frente a la gestión del oso pardo, así como a las nuevas necesidades y retos que exige la mejora de la conservación de la especie», indicó el Gobierno asturiano en un comunicado.

Según el último censo, en la Cordillera Cantábrica viven unos 330 osos pardos, la mayor parte (280) en la zona suroccidental de Asturias. En la zona del Oriente, junto con Cantabria, León y Palencia, habita otro medio centenar, y en los últimos años se ha detectado que las dos poblaciones están comunicadas, con apareamientos entre ambas. En la zona pirenaica viven otros 50 osos.

La población de esta especie ha crecido notablemente en las últimas décadas. Así, en 1991 había unos 80 ejemplares. Desde entonces, calculan los expertos, la población se ha multiplicado por cuatro en la Cordillera Cantábrica, y las perspectivas siguen siendo favorables. No obstante, continúa siendo un animal en peligro de extinción.