Los pescadores se rebelan contra los parques eólicos y la mina de Salave

«Cuando vamos a pescar anchoa, caballa o bonito, solo el hecho de tener un rodamiento haciendo ruido o la corriente estática nos deja sin pesca. Imagínate con los ruidos de los anclajes, del oleaje contra la torre o el propio sonido que hacen los molinos de las torres eólicas». Así se expresa el presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Asturias y patrón mayor de Puerto de Vega, Adolfo García, que ayer mantuvo una reunión con la directora general de Energía, Minería, Belarmina Díaz, en la que le transmitió «el malestar del sector» por el hecho de que «hasta el 8 de junio no tuvimos constatación de que se iban a hacer los parques eólicos que están previstos, y nadie nos ha consultado, nos van a dejar sin un sitio donde pescar». Alude el presidente de los pescadores no solo a los parques eólicos, sino también «a la prohibición de faenar en la zona del cañón de Avilés, lo que quieren hacer con la mina de oro de Salave y sus vertidos y estos parques, que nos pueden dejar sin los caladeros de El Calvario, El Cementerio y Las Tiberas, entre Navia y Tapia.

Denuncia García que «para poner en marcha estos parques no se ha hecho ningún estudio medioambiental, mientras que hay una doble vara de medir cuando se trata de proteger especies pelágicas», si bien reconoce que Belarmina Díaz se comprometió a mantenerles informados.

Y, en cambio, en el caso de la mina de oro que se proyecta abrir en Salave (Tapia), «aunque no pudimos hablar mucho y la directora general nos dijo que están esperando al informe medioambiental, no pasaremos por la intención que tiene la empresa de crear un emisario para hacer vertidos al mar». El tratamiento de los minerales de los que se obtiene el oro implica residuos de arsénico y selenio que deben ser almacenados. García avisa de que «en ambos casos llegaremos hasta donde haga falta».

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