Preguntas y respuestas sobre la situación en los colegios

Se ha dicho hasta la saciedad. «Los centros educativos son lugares seguros». La cuestión es que en esta sexta ola que ha fulminado todas las cifras conocidas parece que hay pocos lugares seguros ya. Del mismo modo que personas que han mantenido todas las precauciones posibles se ha contagiado, los colegios están viendo índices de transmisión en sus aulas que nunca habían sucedido. Y así, los centros han reabierto esta semana, con cansancio acumulado, preocupación y muchas dudas. Las bajas de docentes son su principal problema, pero no el único.

Los docentes, como el resto, están sufriendo el colapso de la Atención Primaria y el sistema de bajas laborales. «Los profesores no me mandan la baja médica, sino fotos de sus tests de antígenos positivos», explica el director de un instituto. Y con eso ¿qué hace? En principio no puede comunicar oficialmente la baja a la consejería porque no la tiene.

Sin baja pero sin profesor, ¿qué hacer? Llegado a este punto, cada centro está actuando como buenamente puede. Hay directores que han optado por comunicar la baja, aunque no dispongan de ella oficialmente. Los hay que han consultado a consejería y les han recomendado que los docentes hagan uso de los días que pueden ausentarse sin tener la baja médica. Si se pasaran, se consideraría falta injustificada, lo que supondría un descuento en la nómina. A todo ello se suman estos días las ausencias de los que están siendo llamados para la tercera dosis de la vacuna. La directora de un IES gijonés explicaba ayer, desesperada: «En algunos momentos de la jornada me han faltado 17 docentes».

¿Y si el sustituto llega cuando se incorpore la baja? Se repite la duda en muchos centros. Teniendo en cuenta que hay una convocatoria semanal (los martes), que los interinos se incorporan el lunes siguiente, y que las cuarentenas son de siete días, se puede dar el caso de que «llegue el sustituto y le tenga que mandar para casa porque ya vino el que estaba de baja».

El horario de los centros incluye las guardias, es decir, dejar a profesores libres para cubrir las posibles ausencias. Pero ese recurso puede ser insuficiente en esta situación, tanto para centros grandes como pequeños. «Somos un colegio pequeño y desde diciembre estamos ya a dos guardias diarias, con dos profesores. Si falta alguien más, ¿tendría que poner a docentes de Audición y Lenguaje y Pedagogía Terapéutica a hacer guardias y dejar a sus alumnos sin este recurso?».

No. No hay cuarentenas generales en Infantil o Primaria mientras haya hasta cuatro casos, y tampoco PCR. «En ninguno de los escenarios se recomienda en este momento realizar cribados masivos en los centros escolares, a no ser que de forma excepcional lo indiquen las autoridades de salud pública», indica el protocolo. Solo se mandará a casa un aula completa si se dan al menos cinco casos o un 20% de los alumnos. Y ahí surge la duda: «Sin PCR a todos, es posible que cuando se detecten cinco casos ya está casi toda la clase contagiada». Preocupación especial hay por el alumnado vulnerable.

¿Puede el hijo ir a clase? Los no vacunados que han sido contactos estrechos deben hacer cuarentena. Los de Secundaria, teniendo las dos dosis, podrían seguir asistiendo. Pero los centros se han encontrado todo tipo de circunstancias. «Nos han llamado del hospital para que sacáramos a una alumna de clase», con las dos dosis y asintomática, explica el director de un IES.

Empieza a ser un importante quebradero de cabeza. «Tras el periodo de cuarentena y hasta los 10 días posteriores al último contacto con el caso, deberán extremar las medidas de precaución», dice el protocolo. Entonces, ¿puede el alumno que ha sido contacto estrecho ir a clase a los 7 días o debe esperar a los 10? La misma pregunta surge para los positivos. «Los casos confirmados no deben acudir al centro y deben permanecer en aislamiento hasta trascurridos 3 días del fin del cuadro clínico y un mínimo de 7 días desde el inicio de los síntomas o desde el diagnóstico en casos asintomáticos». «Si no pueden venir hasta los diez días lo tiene que decir el pediatra, no la familia o el centro».

Algunos centros se han encontrado ya con el caso: el medidor de CO2 avisa de que se han superado los límites y que hay que ventilar. Pero las ventanas y la puerta ya están abiertas. ¿Qué hacer entonces? «En consejería nos dijeron que sacáramos a los alumnos al patio», explica un director, que lamenta una solución que, sobre todo para los alumnos de Bachillerato, supondría una importante pérdida de tiempo. A eso se añade que no todos los centros cuentan con un medidor de C02 por aula, que es obligatorio.

Algunas de las cuestiones que recoge el último protocolo son 'recomendaciones', como la de no pernoctar o hacer determinadas reuniones online. «No se puede dejar la decisión última a los centros. Si no se puede hacer, se debe prohibir».

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