El Sespa no reconoce como mérito los 15 años de un médico asturiano en la India

¿Cómo es posible que un médico con más de 20 años de ejercicio profesional tenga que empezar de cero? Y la pregunta del millón: ¿Cómo puede darse está situación cuando uno de los grandes problemas de la sanidad asturiana es el déficit de facultativos? «Con las reglas acuales del sistema sanitario, no me peritan los méritos hasta final de año y la experiencia en India no computa. Se ve que no les parece mérito suficiente que haya sido médico para la Fundación Vicente Ferrer», apunta Álvarez-Uría.

Este gijonés de 49 años llegó a Andhra Pradesh –donde dirigió el hospital de esta fundación comprometida con el desarrollo de las personas más vulnerables– después de formarse en Medicina Interna en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona y de especializarse en enfermedades infecciosas en Manchester, como 'consultant' de un equipo médico. Allí, cuenta Gerardo Álvarez-Uría, se tiene en cuenta el currículum del profesional, que además debe superar una entrevista con un tribunal de expertos.

«Pensé que toda esa experiencia iba a ser valiosa cuando decidimos volver y establecernos en Asturias. Pero se ve que no sirve de nada. El sistema público de salud es inflexible y tengo la impresión de que aquí, aunque hacen falta de profesionales, no se está cuidando a los médicos», lamenta. Él y su esposa –médica de Familia especializada en urgencias– dejaron la India porque, con un hijo de dos años y medio, «buscas una seguridad y una calidad de vida» que este país surasiático no puede ofrecer. Su primer destino: Asturias, donde Gerardo Álvarez-Uría tiene a toda su familia. Aunque confiesa que «nos estamos planteando la posibilidad de irnos».

Este médico cooperante, con amplio conocimiento en bacterias multiresistentes a los antibióticos, tuberculosis y VIH, tiene posibilidades de trabajo en Madrid, Barcelona y Andalucía. En Asturias, sin embargo, el Sespa le tiene con contratos temporales: «Tuve un primer contrato de dos meses para sustituir en el HUCA una baja maternal. Luego, estuve en el paro. Y ahora me hicieron contrato hasta diciembre en el Hospital San Agustín para suplir reducciones de jornada. La verdad es que, con mi experiencia, yo esperaba una estabilidad laboral».