Doble estreno con 'Vivir en la reflexión' en el Centro Polivalente de Lugones

Todo un «orgullo» para el cronista, quien dedicó sus primeras palabras precisamente a la arquitectura del lugar. «Este salón es una auténtica joya, dará mucho que hablar», valoró. Precisamente Coppen fue uno de los impulsores de la obra, que supuso una inversión de casi cinco millones y medio de euros. «Desde joven vi el pueblo como la continuación de mi hogar», expresó sobre su amor hacia Lugones.

Coppen destacó que en este libro, un «tratado de vida», aborda el acoso, la venganza, el altruismo, la amistad, las calumnias, el amor, el plagio, la traición, la música, la honradez, la nostalgia o la sinceridad. Pedro Paniagua, coordinador editorial, fue el encargado de desgranar el proceso de gestación de la obra y sus 180 páginas de reflexiones. «Esta presentación permite albergar ciertas esperanzas de cambio», comenzó Paniagua, quien habló de la tarea compartida «entre amigos» que supuso revisar y actualizar los 88 artículos realizados por Coppen para distintos medios de comunicación, entre ellos EL COMERCIO.

Es «casi material didáctico», aseguraba la presidenta de la Asociación de Escritores de Asturias, Esther García, poeta y maestra, así como miembro de la Academia de la Llingua. Subrayó las constantes alusiones a los clásicos como Epicuro o Cicerón y las referencias a Shakespeare, Da Vinci, Antonio Machado o Francis Bacon, entre otros muchos. Todo ello redactado en «textos ágiles y fáciles de leer». «Una tarea difícil la de condensar en breves textos grandes ideas», concedió la pedagoga.

No pasó desapercibida la mecedora que ocupa la portada del libro. El asiento, de 150 años de antigüedad fue, tal y como explicó Paniagua, «condición sine qua non» para publicar el libro. No así el título y el subtítulo, que tuvieron numerosas modificaciones.

En la actualidad, Coppen lleva nueve libros escritos. «Sin alardear, pero nadie en Asturias ha cometido una empresa de esta índole tras la jubilación», cuenta al respecto en tono jocoso. Y es que para el escritor «lo contrario del humor no es la seriedad, sino el aburrimiento».

Por eso el cronista y enamorado de Lugones, que lleva más de medio siglo dedicado a narrar la historia del lugar que le vio nacer, ha puesto en esta obra su punto final sabiendo que, como en su caso, «nadie que haya dado lo mejor de sí mismo lo ha lamentado».