«Entendemos que las conversaciones sí eran constitutivas de un delito»

El profesor de Educación Infantil del colegio público de Ceceda, en Nava, acusado de un presunto delito de abuso sexual continuado sobre la persona de uno de sus alumnos, un niño de nueve años en el momento de los hechos, volvió a rechazar ayer, en el Juzgado de lo Penal número 1 de Oviedo cualquier tipo de intencionalidad sexual en las conversaciones, por Skype, que mantuvo con el menor hace cuatro años.

En el juicio celebrado a puerta cerrada, el docente volvió a reconocer la existencia de conversaciones con el entonces alumno, pero, al igual que hizo en el anterior juicio, ha vuelto a negar cualquier intencionalidad sexual. Sin embargo, al letrado de la acusación, Luis Tuero Fernández, le parece «claro» que esas conversaciones eran del todo inadecuadas para un menor. «Entendemos y seguimos pensando que esas conversaciones eran constitutivas de delito. Era un profesor y esas conversaciones con el alumno de nueve años eran del todo inadecuadas», explicó Tuero, en declaraciones tras la vista oral. Tuero también destacó el «buen trabajo del Ministerio Fiscal», que ha mantenido la petición de la pena inicial.

El acusado, fue absuelto en el mes de mayo de 2018 pero la Audiencia Provincial de Oviedo anuló, el pasado mes de agosto, la sentencia y ordenó repetir rl juicio. En la jornada de ayer, tanto la Fiscalía como la acusación particular mantuvieron la petición de una pena de dos años de prisión, cuatro de alejamiento, seis de inhabilitación para trabajar con menores y libertad vigilada durante tres, además del pago de la correspondiente indemnización por daños morales.

El Ministerio Fiscal sostiene que, desde el mes de septiembre de 2015, el acusado, nacido en 1983, era maestro interino de Educación Infantil en una localidad de Nava. En fecha no concretada pero en torno a noviembre de 2015, el acusado comenzó a relacionarse con otros alumnos del colegio, de entre 6 y 12 años, con los que jugaba en ocasiones en el patio y a los que prodigaba abundantes besos y abrazos.

Una vez que, a través de este procedimiento, y aprovechando su condición de profesor, había ganado la confianza de un menor de nueve años, alumno del colegio, comenzó, desde noviembre de 2015 hasta febrero de 2016, a mantener con él conversaciones a través de Internet, con la aplicación Skype, durante las noches de los fines de semana.

En todas ellas, el acusado comenzaba hablando de cuestiones de interés del niño, como el fútbol o el colegio, pero desviaba luego la conversación a temas sexuales totalmente inapropiados y alejados de cualquier fin educativo o didáctico, siempre según la versión del fiscal. Consciente de que tales conversaciones no eran adecuadas, el acusado recordó al niño que las cosas de que hablaban eran secretas. Durante este espacio de tiempo, el acusado agasajó al menor con varios regalos: mandos a distancia, un volante, unos pedales para la Play Station y diversos juegos.

La Fiscalía solicita,además, en concepto de responsabilidad civil, que el acusado indemnice al menor, a través de su representante legal, con la cantidad de tres mil euros por el daño moral.