«Nunca noté tanto movimiento de empresas en Siero»

La pandemia, admite Canut, frenó su proyecto de expansión -iniciado hace ya un par de años con la compra de la nueva nave-, ya que a los proveedores les «costaba» atender los pedidos. Irónicamente, los nuevos protocolos hicieron más necesario que nunca el espacio extra para los trabajadores. «El único que agilizó fue el Ayuntamiento», comentó sobre la rapidez del Consistorio a la hora de conceder las licencias pertinentes.

Parte de la actual supervivencia de Vicanut se debe precisamente a la reinvención para adaptarse a los nuevos protocolos higiénicos. «Teníamos muy poca carga de trabajo con los nuestros y nos pusimos a hacer mamparas protectoras de cristal, no fue una cosa para sostener la empresa, pero nos vino muy bien porque así teníamos cosas que hacer», explica el propietario.

Así, «subieron los particulares y bajó lo privado», gracias a lo cual «no fue el año tan malo» y los profesionales de cristalería, carpintería de aluminio y protección solar lograron culminar su proyecto de expansión.