«Es la primera vez que tengo miedo en Lugones»

La intranquilidad reina entre los comerciantes de Lugones después de que en menos de una semana se hayan registrado dos atracos, a plena luz del día, en dos establecimientos de la localidad sierense. Temen un efecto llamada en los próximos días. Sus principales demandas a la administración, para poner fin a la situación, pasan por la solicitud de más seguridad en la zona y el endurecimiento de las penas para disuadir a los asaltantes. El Ayuntamiento de Siero aún no ha respondido a esta demanda de los vecinos.

En el primer grupo se encuentra Beatriz García, propietaria de Librería Sobia, situada justo enfrente de la farmacia Santa Isabel, donde el pasado miércoles un hombre le puso un cuchillo de cocina en el costado a una de las boticarias para intentar llevarse el dinero de la caja. Reconoce en los casi quince años que lleva trabajando en la zona es la primera vez que siente «miedo real». Es por eso que, consciente de que la seguridad total es «imposible», demanda más atención de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

A escasos cincuenta metros en el Bar Imagine, su propietario, Chus García, recibió el pasado domingo la visita de la Policía Nacional después de que un hombre entrase por la mañana en el quiosco Tren Mágico y se llevase 600 euros y un móvil tras arrinconar en el mostrador a una de sus dependientas. «Querían saber si había pasado por aquí después de cometer el asalto», comenta. Sostiene que cuando la situación «está mal para todos también lo está para 'los malos'». «Cuando estuvimos parados apenas había robos, pero ahora no somos los únicos que han vuelto a hacer su trabajo», ironiza. Con lo anterior, piensa que el problema se solucionaría dando «más visibilidad» a la Policía. Una visión que comparte el encargado del Estanco Cruce Viejo, Isidro Falcón, quien asegura haber colocado mamparas en su negocio para evitar este tipo de sucesos. Además, se mostró indignado por el incremento de robos en los últimos días: «Estamos hasta las narices, sino es en invierno es en verano, aquí se roba de todo».

En una línea completamente diferente se encuentra Dalmacio Corte, de Corte Joyería. La solución a la oleada de robos que sufre la localidad, dice, pasa por un «endurecimiento» de las penas ya que, piensa, que las grandes dimensiones del concejo no facilitan la labor de la Policía. «Es difícil controlar Lieres y Lugones a la vez; hay muchos agentes que van de paisano», indica. En un argumento muy próximo se encuentra Joaquín Menéndez, quien considera «falso» el argumento de que los robos hayan aumentado por la crisis económica derivada de la covid: «Yo también vendo menos y no voy a quitarle el dinero a otras personas».