Repuntan las ventas en los lagares, que esperan poder vaciar los toneles este verano

Alberto Fanjul, del Llagar de Quelo, en Tiñana (Siero), comenta que «se nota ya el aumento de ventas y el alivio de las restricciones, aunque no llegan a ser como antes de la pandemia. Falta la venta en barras y que vuelva mucha clientela. Las mesas en el exterior funcionan muy bien, pero en el interior no tanto. La semana que hace mal tiempo, el bajón es gordo. El año pasado ya hicimos menos sidra. Calculamos para poder quedar vacíos esta temporada y así asumir toda la manzana posible».

José Luis Vigón Fernández, de Sidra Orizón, en Nava, describe el azote de la pandemia en el sector como una guerra. «Hubo bombardeo, pero no fue para tanto», dice. El lagarero concreta que a día de hoy tienen ya toneles vacíos en los que podrán acoger manzana este otoño. «Aumentó estos últimos días la venta en hostelería.Se notó que los establecimientos piden más o menos como antes, y eso que aún no están abiertas las barras».En cuanto a contar con capacidad para asumir toda la manzana que saquen los cosecheros, comenta que «en la zona de Nava se perdió bastante manzana por la pedrisca de granizo de hace unas semanas», lo que hará que los lagareros no tengan que desechar mucho producto de cara al otoño.

Las ventas mejoraron con respecto a 2020, pero están lejos de ser como en años anteriores, a juicio de José Llaneza Fuente, gerente del Llagar de Fonciello. «El año pasado hicimos un 40 por ciento menos de sidra porque había mucha parada en el llagar. Ahora la incertidumbre es grande. Aún hay bastantes restricciones en la hostelería. Esperemos que haya un verano, como mínimo, un poco mejor que el del año pasado. De momento, este año tampoco vamos a llenar los toneles como otros años porque no sabemos qué puede pasar en unos meses», argumenta.

Las próximas semanas serán claves para el futuro del sector sidrero. La hostelería espera un alivio de restricciones que supondría un balón de oxígeno para los lagares. Los lagareros ansían con que las ventas vuelvan a la normalidad en verano para así poder vaciar los toneles. De ser así, supondría una alegría para los cosecheros, quienes podrían dar salida a toda la manzana que den los frutales.