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J. M. Pardo

La subida a los Lagos, «más tranquila»

La medida tras el accidente se estrena con buenas sensaciones entre turistas y conductores profesionales, quienes claman por más mejoras

Gloria Pomarada

Cangas de Onís

Sábado, 12 de agosto 2023

En la medianoche del sábado, la barrera de acceso a la carretera de los Lagos de Covadonga queda cerrada, impidiendo el paso a todo vehículo particular no autorizado en lo que resta del plan de transporte. Es la primera consecuencia práctica del accidente sufrido el pasado 31 de julio por el bus de Alsa que se precipitó con 49 personas a bordo por una ladera en el tramo de la CO-4 comprendido entre el Mirador de la Reina y Uberdón. Hasta hoy, los visitantes podían acceder en sus propios coches al enclave más visitado de la vertiente asturiana de los Picos de Europa entre las 21 y las 7.30 horas, lo que incrementaba el tráfico de bajada en las horas centrales del día, justo en el momento de mayor flujo de buses y taxis. Tras un cruce entre vehículos se produjo precisamente el siniestro de hace dos semanas y de ahí que el Principado decretase la restricción de la carretera tres días después del siniestro.

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La medida en vigor desde este sábado, una vez publicada la resolución en el Boletín Oficial del Estado (BOE), cuenta con el respaldo de los conductores profesionales, quienes coincidieron en que durante la primera jornada de aplicación la circulación estuvo «más tranquila». «Antes cruzábamos quinientos coches, era un caos», apuntaron chóferes de bus. También en el sector del taxi se repite la apreciación de que la CO-4 gana en «calma y seguridad».

Turistas, en los Lagos de Covadonga.

No obstante, unos y otros señalaron que al ser un día de lluvia y densa niebla, la afluencia de turistas fue notablemente inferior, lo que redujo el número de viajes de buses y taxis. «Algo ya se nota, antes cruzábamos a todos los que bajaban», explicó José Sánchez Labra, uno de los taxistas que impulsó el informe adelantado por EL COMERCIO en diciembre en el que 56 conductores alertaban de que en la CO-4 «el tráfico sigue aumentando y causando graves dificultades en la circulación» sin que se adoptase hasta ese momento «ninguna medida para mejorar la gestión». «Nos dio la razón el tiempo, ya barajábamos la opción de hacer un parón todos», apuntó Sánchez Labra. Si bien el respaldo a las mejoras orientadas a la seguridad es unánime, entre los conductores existe también la apreciación de que el Principado «se deja cosas en el tintero». Sánchez Labra aludió por ejemplo a la obra en el tramo entre Buferrera y La Tiese, plagado de socavones desde hace años. Los trabajos, pese a estar presupuestados en 360.000 euros, no se han llegado a ejecutar. «Van a gastar un dineral en ensanches y hace falta este tramo», apuntó el taxista. Mejorar los puntos de cruce es una las medidas anunciadas tras el accidente para el resto de la carretera, concretamente en catorce enclaves. Sánchez Labra tiene 45 puntos de cruce detectados actualmente, «uno cada 230 metros». «Sitios donde siempre se cruzaron», indicó.

J. M. Pardo

Más allá del cierre a particulares las 24 horas o la mejora de la carretera, los conductores consideran que restan por abordar aspectos como las bicicletas o ciertos vehículos autorizados, que se adentran en la CO-4 sin la pericia necesaria para conducir por una carretera de montaña. Sobre las bicis coinciden en que el principal problema está en la velocidad que alcanzan en el descenso, pues «bajan como cazas». «La próxima desgracia va a ser con un ciclista, no tomarán medidas hasta que pase algo», advirtió Sánchez Labra. Como ejemplo, aludió a lo sucedido esta misma semana, cuando una ambulancia tuvo que acudir a socorrer a un ciclista que cayó «bajando él solo» a la altura del Mirador de la Reina. Esta semana, añadió, fue también necesaria la presencia de la ambulancia hasta en dos ocasiones más por percances de turistas con vacas, a las que es habitual que traten de acariciar para hacerse fotos. «Debería haber un puesto de socorro o una ambulancia de continuo, como en Covadonga. Vamos librando de muchísimas», consideró.

Los turistas, «seguros»

De la misma opinión es el hostelero Héctor Blanco, del bar María Rosa: «Tenía que haber una ambulancia y también hacen falta baños». En cuanto a su negocio, al pie del Ercina, consideró que el cierre a particulares ayer «no se notó por el mal tiempo». «Si ponen buses pronto creo que no lo vamos a notar», dijo. Sí lamentó la falta de información directa de las últimas medidas.

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Entre los turistas, la sensación era este sábado de normalidad. «Es la primera vez que venimos y sabíamos lo del accidente, pero no tuvimos miedo. La carretera es lo que es, pero bien», compartieron Joan Quero y Carmen Guerrero, visitantes de Tarragona que optaron por el bus. «Es normal que la carretera quede para los profesionales con la afluencia que hay. Subimos en taxi y vinimos seguros y cómodos», indicaron Noemí Conde y Gabriel Zambito, residentes en Canadá. Para José Ortiz, Julia Ortiz y Lola Arinero, de Toledo, «se sube mejor en bus porque en coche se pasa miedo». Eso sí, confesaron, conocedores del accidente antes de subir al bus «miramos al conductor de arriba a abajo».

Entre los pocos vehículos autorizados que ayer accedieron a los Lagos estuvieron los montañeros barcelonenes Bernat Plandolit y Clara Romero, quienes tras aparcar a Buferrera tenían previsto dirigirse al refugio de Vegarredonda. «Casi no nos cruzamos con nadie, subimos solos y muy tranquilos», señalaron.

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