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«Sin pan no se queda nadie, de eso me encargo yo»
Muchos panaderos de la región, como José Vena, plantan cara al temporal para llevar su producto a todas las casas
L. RAMOS
ARENAS.
Martes, 30 de octubre 2018, 03:56
En la montaña, cuando el tiempo muestra su peor cara, el compañerismo y la solidaridad entre vecinos salen a relucir. Lo sabe bien el cabraliego José Vena, quien desde hace años trabaja como repartidor en la panadería El Desquite, de Arenas, y en más de una ocasión ha tenido que enfrentarse a las inclemencias meteorológicas para asegurarse de que su producto llegaba a todas las casas del concejo. «Sin pan no se queda nadie, de eso me encargo yo», aseveraba ayer a EL COMERCIO, mientras restaba importancia a la caminata de más de medio kilómetro que se pegó el domingo, en pleno temporal y entre más de treinta centímetros de nieve, para asegurarse de que los vecinos de Sotres no se quedaban sin su barra diaria.
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«Es mi trabajo», se limitaba a decir, sin comprender que haya gente a la que pueda sorprender su entrega. «La carretera estaba muy mal al final y antes de ponerme a pelear con ella en el coche, decidí bajarme y desplazarme hasta las casas y los bares caminando», relató. Eso sí, ayer, cuando gracias al trabajo de la máquina quitanieves sí pudo llegar a bordo de su vehículo a la localidad más elevada de los Picos de Europa, dejó doble ración, «por si la cosa empeora».
Trabajador de la construcción hasta que la crisis le dejó en el paro, este cabraliego de sesenta años es solo una muestra de la labor que a lo largo y ancho de la región desempeñan otros que, como él, son mucho más que panaderos y en ocasiones se convierten en auténticos salvavidas para sus paisanos. «Subo lo que me pidan, pues la montaña no es como la ciudad, en Sotres no hay supermercados y a veces la gente mayor me encarga medicinas y comida», explicó.
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