«La televisión es una seña de la identidad cultural de un país»

Javier Olivares es junto con su hermano, Pablo, fallecido el año pasado, el creador y guionista de la serie televisiva 'El Ministerio del Tiempo'. Olivares llenó el auditorio del Celsius para una mesa redonda en la que estuvo acompañado del director de la serie, el avilesino Marc Vigil.

¿Cómo se crea una serie de éxito como 'El Ministerio del Tiempo'?

Uno no hace series para que tengan éxito, quiere que lo tengan, pero no hay fórmulas mágicas. Uno puede hacer como hicimos mi hermano Pablo y yo, tener una idea que surgió hace muchos años. Y cuando hemos podido, hemos hecho algo que nos gustara a nosotros, porque esa es la mejor manera, si no te gusta a ti, difícilmente le podrá gustar a otro. La pasión, genera pasión y el cariño, genera cariño.

La serie fue creada por usted y por su hermano. ¿Fue una idea conjunta?

Mi hermano y yo somos como Lenon y Mccartney, pero en pequeñito. Unas cosas se le ocurren a uno y otras al otro. Pero en este caso, la idea original era de Pablo. El desarrollo fue conjunto, y a lo largo del trabajo cada uno se encargaba de una cosa, pero en el resultado final no sabíamos quién había hecho cada cosa.

¿Cómo cambia su trabajo, acostumbrado a trabajar con su hermano Pablo, tras su pérdida?

La pérdida es más grande a nivel personal, que a nivel profesional. Pablo Olivares era el mejor guionista de este país, y no lo digo porque sea mi hermano pequeño, lo digo porque ahí está su obra. Aquí en 'El Ministerio del Tiempo' se le va a echar mucho de menos, porque es su idea. Pero estoy muy contento porque los guiones que tenemos de la segunda temporada le hubieran encantado.

Metiéndonos más en la serie. ¿Por qué unas puertas que nos llevan al pasado? ¿Por qué un Ministerio?

Un Ministerio porque tiene funcionarios. Queríamos hacer una serie que siendo de género fantástico pudiera llegar a un público amplio. Además el Ministerio nos hacía posible una pequeña 'berlanguización', con personajes cotidianos y normales que nos permitieran la ironía. Y las puertas porque son un símbolo que todo el mundo entiende, no queríamos hacer una serie de ciencia ficción que nos llevará a crear una máquina con sus respectivas explicaciones, en este género cuanto más explicas más errores cometes.

Tres personajes principales. Uno de nuestro tiempo, otro de los tercios de Flandes y una de las primeras mujeres que entró en la Universidad.

El tercio, es el símbolo de la España tradicional, el honor y el patriotismo. Ella es el símbolo de la España moderna, que nunca ha tenido un gran éxito gracias a nuestros reyes y gobernantes. Además, la figura de la mujer como alguien que es víctima por el mero hecho de ser mujer. Y una personaje de nuestra época para ser los ojos del espectador. Es la suma de tres españas, la tradicional, la moderna y la escéptica, que son tres españas que normalmente han navegado en barcas distintas y chocando entre sí. Y teníamos la ilusión de unirlas y que lucharan por los mismos intereses.

¿Con qué personaje se queda?

Son todos... Julián, somos mi hermano y yo, de un barrio periférico de Madrid. Luego Amelia Folch, es un personaje que defiende todo lo que yo he defendido y Alonso Entrerríos, es un personaje que Nacho Fresneda ha multiplicado por 10. Nacho es un pedazo de actor, estoy cansado de que digan que es un actor secundario.

La nueva temporada se empieza a rodar ahora, ¿qué nos adelanta?

La nueva temporada tendrá 13 capítulos, cinco más que la anterior. La serie va a intentar ser lo que es, incluso potenciarlo más, es decir, visita a personajes históricos, voy a adelantar tres: el Cid, Cervantes y Napoleón. Visitaremos estos personajes, pero también iremos a época y género, por ejemplo en el capítulo dos visitaremos la Casa Maldita de Madrid en la que se sucedieron varios asesinatos. Pero lo más importante son los personajes, si el público no se identifica con ellos, al final estás haciendo un documental.

¿Entrará algún personaje nuevo?

Sí, pero no puedo adelantar nada más, será una sorpresa. Irán entrando personajes nuevos a lo largo de la serie. De momento sólo tenemos firmada esta temporada, en este país es difícil trabajar a años vista. En otros, no hay tanta preocupación por la audiencia y sí por el contenido. Creo que una cadena pública debe seguir un camino diferente al de las privadas como hacen en otros países como Reino Unido.

La idea de 'El Ministerio del Tiempo', interesaba en Estados Unidos. ¿Sigue siendo así?

Sí, va avanzando, pero hasta que no salga, no quiero decir nada. Sería un proyecto potente, con casi 10 veces más recursos, y trataría sobre la historia a nivel mundial.

¿Hay algún trabajo soñado, algo que le gustaría hacer en el futuro?

Sí, tengo una serie preparada sobre El Quijote, pero un Quijote en la actualidad, como hace la BBC con 'Sherlock'. Alonso Quijano era el defensor de las causas imposibles y luchaba contra la injusticia, creo que estos tiempos son ideales para que vuelva a luchar, aunque sea para perder. Y tengo una gran ilusión por adaptar a televisión algo del escritor Jardiel Poncela.

¿Qué es para usted la televisión?

Yo creo que la televisión es industria, pero también cultura, y el que no lo entienda lo acabará pagando él, o lo acabará pagando el país. En España la televisión es industrial, mi lucha es hacer otro tipo de televisión y el día que no pueda hacer eso no haré tele. Yo tengo una fe absoluta en que la televisión no es la caja tonta, es la caja lista. La televisión es una marca y una seña de identidad cultural. El problema que tiene España es que se hace una televisión muy marcada al día a día, muy marcada por la audiencia y la publicidad. Además, nuestras series duran 70 minutos, cuando en el resto del mundo duran 40 o 50. Esto nos impide vendernos a otros países, porque no hay parrilla para esa duración. Tenemos el nivel y tenemos medios, pero no miramos hacia fuera. Estamos desaprovechando el mercado sudamericano, que son millones que hablan nuestro idioma, y es un mercado que nos van a quitar los estadounidenses.