Avilés se tiñe de morado para reivindicar los derechos de las mujeres

La Plaza de España de Avilés se volvió a teñir de morado otro 8 de marzo para defender a viva voz los derechos de las mujeres y presentar un frente unido contra la violencia machista. A las doce del mediodía tuvo lugar el acto de lectura del manifiesto del Consejo Municipal de la Mujer de Avilés, leído por Encarna Fernández, integrante del club de lectura Una Habitación Propia de la concejalía de Igualdad del Ayuntamiento.

«En este día nos unimos, un año más, para manifestar el compromiso con todas nosostras en defensa de nuestros derechos y con las políticas de igualdad como intrumento para avanzar hacia una sociedad más justa y equilibrada», comenzaba la proclama, escrita conjuntamente por varias asociaciones locales integradas en el Consejo Municipal de la Mujer.

Multitud de voces gritaron como si fuesen una sola proclamas contra el patriarcado opresor, la discriminación salarial y sexual, la violencia machista, la justicia patriarcal y defendiendo la visibilización de las mujeres en todos los estamentos sociales. «Este 8 de marzo apoyamos las manifestaciones convocadas por los movimientos y organizaciones feministas reivindicando una sociedad libre de opresiones, de explotación y de violencias machistas. Apoyamos esta huelga de cuidados y de consumo», concluía el manifiesto, llamando a los presentes a acudir a la movilización masiva convocada esta tarde para recorrer las calles de Oviedo.

En el acto también participaron las integrantes del colectivo feminista Les Rudes. Desde las once de la mañana recirrieron las calles de la ciudad para visibilizar su lucha, una marcha que desenvocó frente al ayuntamiento para entonar el cantico viral de «El patriarcado es un juez que nos juzga por nacer. Y nuestro castigo es la violencia que ya ves» y leer un manifiesto propio. «Muyeres, un año más lo hemos conseguido. Somos cada vez más muyeres trabaxadoras unidas coda 8 de marzo, ¡hoy más que nunca Avilés dice no al patriarcado y al machismo!», concluyeron quienes leyeron el texto, una representación de mujeres de todas las edades y diferentes nacionalidad que residen y luchas en la comarca.