El Principado de Asturias iniciará el próximo año la recuperación de la charca de Zeluán
Medio Ambiente destinará 78.500 euros a los trabajos en el monumento natural, que se encuentra degradado y ha perdido su salinidad
La charca de Zeluán es uno de los escasos monumentos naturales que tiene la comarca de Avilés. Obtuvo esta figura de protección, junto ... a la ensenada de Llodero, en el año 2003 pero, lejos de servir de acicate para su mejor conservación, hace diez o quince años que apenas se vislumbra la lámina de agua en la que acostumbran a descansar miles de aves limícolas en sus rutas migratorias.
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«Desde que se hicieron unas obras de saneamiento en la zona dejó de entrar el agua salada y cambió todo el ecosistema», denuncia el grupo naturalista Mavea, el colectivo que lleva años pidiendo su recuperación.
Sus deseos se harán realidad a partir del próximo año, ya que la Consejería de Movilidad, Medio Ambiente y Gestión de Emergencias está completando el proceso administrativo previo para poder actuar en este enclave natural, y posteriormente habrá que sacar a concurso los trabajos de restauración en sí, algo que se espera que pueda ocurrir este mismo año, según fuentes de la Consejería. El presupuesto inicial previsto para esta intervención es de 78.500 euros.
La Consejería está finalizando la tramitación administrativa con el objetivo de licitar este mismo año los trabajos
Con la interrupción del acceso de agua salada a la charca hace algo más de una década fue cambiando todo el ecosistema de esta zona de alto valor ambiental. La vegetación, que estaba conformada por plantas salicornias, fue progresivamente sustituida. Así, comenzó a crecer el cañizo y otras especies más adaptadas al agua dulce y de mayores dimensiones que han hecho que el tamaño de la charca y, por tanto, su utilidad para las aves migratorias, se haya visto muy reducida. «El agua salada era lo que le daba su ecosistema característico», recuerda Mavea.
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La expansión de la flora, propiciada por la bajada de la salinidad, ha tenido además otra consecuencia para la zona. Al crecer la vegetación y perder la charca profundidad, en ocasiones la lluvia terminaba, en lugar de reteniéndose en la charca, desviándose hacia la zona edificada e inundando los bajos de los inmuebles. Los vecinos han sumado este motivo, además del ambiental, a los argumentos para solicitar también esta restauración que en unos meses comenzará a ver la luz.
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