David Peláez en la tienda de campaña en la que duerme y pasa gran parte del día en San Juan. OMAR ANTUÑA

Cinco días en huelga de hambre sin contactos para encontrar soluciones

El intoxicado por mercurio acampado en San Juan considera que la empresa «nos está tomando el pelo y alargando la negociación»

Y. DE LUIS

avilés.

Martes, 21 de julio 2020, 00:48

Ayer cumplía su quinto día sin consumir alimentos sólidos, solo toma suero oral. Es David Peláez, uno de los intoxicados por mercurio cuando trabajaba hace casi nueve años en una subcontrata en la factoría de Asturiana de Zinc, que lamentaba que después de estar desde el jueves en huelga de hambre y acampado en San Juan de Nieva no se haya dirigido nadie de la empresa a él para interesarse por sus reclamaciones.

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«El director de la fábrica se va a ir de vacaciones en agosto como todos los años y sin mirar, ni importarle, lo que tiene delante», lamentaba. La Asociación de Afectados por Intoxicaciones de Metales Pesados y Agentes Químicos a la que pertenece junto a una parte de los compañeros que sufrieron el accidente laboral en noviembre de 2011 continúa su negociación con la empresa en busca de soluciones, pero él cree que la multinacional «nos está tomando el pelo de nuevo porque ya habíamos cerrado un acuerdo y lo han incumplido, ni pagan las facturas, ni nos dan trabajo», lamenta Peláez.

A la vez que se preguntaba cuánto tiempo tiene que durar una negociación que, en su opinión, debería de haber estado resuelta en seis meses y lleva abierta ya año y medio. «No es que estemos cerca de cerrar un acuerdo, no se está acabando la negociación, porque a ellos lo único que les interesa es alargarla en el tiempo mientras nosotros seguimos sufriendo por las secuelas que nos dejó la intoxicación». El mismo ha perdido gran parte de las piezas dentales.

Estos primeros cinco días han sido duros para él. Recuerda otras huelgas de hambre iniciadas por los afectados que contó con más participantes, «era mucho más llevadero porque nos dábamos ánimo entre los compañeros», recuerda. No obstante, en este tiempo a él no le ha faltado el apoyo de sus amigos, compañeros de trabajo y familiares. Además, la asociación de San Juan le ha permitido acceder a su local para asearse cada día.

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