Lancha neumática (zodiac) de la Cruz Roja del Mar en una prueba piragüistica en la ría de Avilés en agosto de 2013. MARIETA

Cruz Roja marítima regresará este verano a Avilés tras diez años sin presencia en la ciudad

La entidad desplegará una lancha semirrígida y una dotación rotativa de veinticuatro voluntarios para que asuman labores de rescate en el litoral

BORJA PINO

AVILÉS.

Jueves, 1 de abril 2021, 01:53

Ha pasado una década desde la última vez que las embarcaciones que conforman el servicio marítimo de Cruz Roja Española utilizasen los muelles de ... Avilés como puerto base fijo. Sin embargo, esa ausencia podría finalizar antes del mes de junio. Y es que, desde finales del pasado año, la entidad mantiene en aguas avilesinas una de sus lanchas semirrígidas de rescate, y ya está acometiendo la formación de los voluntarios que integrarán sus tripulaciones.

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La embarcación, que cuenta con casco neumático sobre quilla rígida, y dispone de motor integrado y de un pequeño puente de mando fijo, se enmarca dentro de lo que, en el gremio marítimo, se conoce como 'segmento B'. En esencia, se trataría de una clasificación a medio camino entre las pequeñas lanchas hinchables del 'segmento C', igualmente operadas por Cruz Roja para actividades en espacios interiores, y las naves de rescate del 'segmento A', que, en España, solo opera la Sociedad de Salvamento Marítimo (SASEMAR).

En cuanto a sus cometidos concretos, las lanchas como la que operará desde Avilés no están diseñadas para adentrarse en la mar hasta grandes distancias, alejándose en exceso de la línea de costa, pero sí pueden actuar en la zona litoral, desafiando, incluso, olas de cierta envergadura. Por ello, no es de extrañar que sus operadores, a razón de tres en cada intervención, requieran un adiestramiento específico en materia de rescate, seguridad en la mar, buceo, mecánica y otras disciplinas técnicas.

Es precisamente por eso por lo que quienes frecuentaron la avenida Conde de Guadalhorce a principios de la semana pasada pudieron ver, a la altura de los pantalanes del puerto deportivo, a un destacamento de miembros del servicio realizando entrenamientos rutinarios. Ataviados con sus trajes de agua, cascos y chalecos salvavidas, son solo una pequeña parte de las veinticuatro personas que, antes del verano, se rotarán como dotaciones.

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«Son actividades habituales que se hacen en todas nuestras sedes», explica David del Valle Maquinay, director de Salud y Emergencias de Cruz Roja en Asturias. Por consiguiente, no será raro que, durante los próximos dos meses, estampas así se repitan, pues la intención firme de la organización es que «esta embarcación pueda prestar servicio en un futuro cercano».

Más allá de la seguridad que pueda entrañar, la presencia del servicio marítimo de Cruz Roja en la ciudad devolverá a los avilesinos una estampa históricamente familiar desde que, en 1971, las primeras lanchas de rescate llegasen a los muelles locales. Y así fue de manera ininterrumpida hasta hace diez años. Con la extinción en 2011 del convenio suscrito entre la propia Cruz Roja y el Gobierno del Principado, solo Luarca, Gijón, Ribadesella y Lastres quedaron como puertos base.

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Desde entonces, la visión de las semirrígidas del cuerpo en aguas avilesinas se ha limitado a hechos puntuales. Tal ha sido el caso, por ejemplo, de las competiciones de piragüismo anuales en la ría, a las que destinaba provisionalmente alguna de las lanchas presentes en cualquiera de esas cuatro localidad. O de las distintas ediciones del festival marítimo Bitácora, en las que la presencia de los voluntarios de Cruz Roja fue una constante.

Pero si existe un hito en la historia reciente de la relación de la rama marítima de esta organización con Avilés, ese fue el trágico hundimiento del arrastrero 'Santa Ana' frente al cabo de Peñas en marzo de 2014. Durante aquel suceso, que se saldó con la muerte de ocho de sus nueve tripulantes, Cruz Roja aportó a sus expertos, que actuaron conjuntamente con Salvamento Marítimo y con el Servicio Marítimo de la Guardia Civil.

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Tradición marinera

El retorno de la semirrígida de Cruz Roja a Avilés modificará el mapa del rescate en la mar en aguas del Principado, pues supondrá el reemplazo de Lastres como base, en favor de esta ciudad. Una maniobra que coincide, precisamente, con el año en que la rama acuática de la entidad cumple su primer medio siglo de existencia, y que, a pesar de las limitaciones impuestas por el coronavirus, se confía en poder festejar de algún modo.

La efeméride bien lo merece, y basta un rápido vistazo a los libros de historia para constatarlo. Aunque la fecha oficial de su fundación como rama autónoma se fija habitualmente en 1971, su devenir se pierde mucho más lejos en el tiempo, hasta los años de existencia de la llamada Sociedad de Salvamento de Náufragos.

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Aquel colectivo, una mera asociación de pescadores que acordaban zarpar al rescate de sus compañeros en caso de naufragio, evolucionó hasta transformarse, en ese año 71, en la Cruz Roja del Mar, un tándem de la propia Cruz Roja con las Fuerzas Armadas. Por fin, en 1992 llegó el triple logro: la fundación de SASEMAR, la desvinculación de Cruz Roja de la milicia y su integración en las capacidades del Estado.

Con todo, desde Cruz Roja también se desea ensalzar la labor de los llamados Equipos de Respuesta Rápida en Emergencias, dotados de lanchas hinchables del 'segmento C', y capaces de desplazarse a cualquier punto en que se les requiera en solo 18 minutos.

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