Usuarios de la casa de acogida Luz Casanova, que Cáritas gestiona en Valliniello. MARIETA

El estado de alarma llevó a doscientos avilesinos a Cáritas por primera vez

Entre marzo y abril se destinaron 40.560 euros a ayudas, de los que 8.000 fueron para familias que nunca antes las habían solicitado

CRISTINA DEL RÍO

AVILÉS.

Viernes, 10 de julio 2020, 01:05

Si hay algo que dibuje bien la incidencia de una pandemia como la del coronavirus son las cifras, y las de Cáritas no solo no dejan lugar a dudas sino que confirman una tendencia que la entidad ya había observado el año anterior: el incremento del número de hogares en situación de vulnerabilidad, familias que sin ayudas sociales no pueden salir adelante con todas sus necesidades básicas cubiertas. El COVID y el estado de alarma, que ha dejado a muchas personas sin trabajo o con prestaciones muy bajas, han provocado que 84 de las 420 familias atendidas por Cáritas entre marzo y abril acudieran por primera vez. 84 familias integradas por 201 personas con un perfil muy similar al conocido ya por la entidad. En su mayoría son hogares con menores (32), seguido de los unipersonales y de una presencia notable de hogares con familias 'reunificadas' o con otro tipo de parentesco entre sus miembros. La mayor parte son españoles, aunque se aprecia un repunte de inmigrantes procedentes de países como Colombia o Perú.

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A la ayuda económica de estas nuevas 84 familias se destinaron entre marzo y abril 7.880 euros de los 40.560 totales invertidos para paliar necesidades, principalmente para alimentación. Unos datos que también demuestran que «no se ha dejado a nadie en la cuneta y sin atender, hemos estado aquí para acompañar y tratar de solucionar la situación», manifestó ayer Vicente Pañeda, delegado arciprestal de Cáritas.

Sonia Artime, la coordinadora en el arciprestazgo, destacó «la primera línea» de Cáritas, en esta emergencia, formada por «nuestras técnicas, que supieron anticiparse (al confinamiento) y muchos sacerdotes, que tenían mayor movilidad». Se optó por adelantar ayudas a las familias que ya estaban siendo acompañadas y que tenían incluso citas que tuvieron que ser suspendidas, en sus respectivas parroquias de Cáritas. Se mantuvo un contacto telefónico durante todo el estado de alarma, pero en cuanto se ha podido se ha recuperado la asistencia presencial porque «la gente necesita el contacto», confirmaron las técnicas Carmen Gutiérrez y Saray Rodríguez.

En este aspecto quiso incidir Artime, matizando que parte de ese acompañamiento que lleva a cabo Cáritas es «también es emocional». «Se va estableciendo un vínculo con las familias que va más allá del tema económico porque es importante saber que alguien se preocupa por ti. Se hizo de manera telefónica, pero en todos los equipos había cierta inquietud por volver a lo presencial», reconoció.

Artime alabó también el «esfuerzo importante y digno de resaltar» realizado por «la mayoría de los ayuntamientos» del arciprestazgo (Avilés, Castrillón, Corvera, Carreño, Gozón e Illas). Las ayudas extraordinarias puestas en marcha por las administraciones locales han permitido, por ejemplo, que «en Avilés la emergencia esté controlada», lo que lleva a Cáritas a preocuparse «más por lo que viene». «Ahora no ha habido cortes suministros ni desahucios porque se ha prohibido, pero eso no quiere decir que las deudas no se vayan acumulando», advirtió.

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