«Me gustan los disfraces hechos con cuatro cosas y casi improvisados»
Amado González Hevia, 'Favila'. Pintor y profesor en Artes y Oficios ·
Confiesa que se inspira en la actualidad para salir en Antroxu, una fiesta en la que participa de forma activa desde que fue Rey del Goxu en 1995C. DEL RÍO
avilés.
Domingo, 23 de febrero 2020, 02:10
Dice que cada año tiene menos humor, pero algo tiene el carnaval que es superior a él. Y aquí está, en su casa, la Escuela de Artes y Oficios, poniéndose en la piel de Pablo Picasso. Con la ayuda de su mano derecha, la también profesora de pintura Carmen Peláez, trata de poner a raya ese flequillo lacio que hará el milagro. Favila se transmuta en el gran pintor expresionista. Un artista multidisciplinar sobre el que, casualmente, se ha inaugurado una exposición de grabado en el Centro Niemeyer.
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¿Por qué Picasso? ¿Tiene algo que ver con la muestra del Niemeyer?
-Sí y no. Pensé en el personaje porque me parece un artista muy representativo de esos años veinte, aunque por supuesto el alcance de su figura va mucho más allá. Y, sí, además coinciden con la exposición de grabado. Así la gente puede pensar que Picasso anda por la calle esperando a ver sus dibujos en la cúpula.
-Se coronó Rey del Goxu hace 25 años. ¿Hace una eternidad?
-Parece que fue ayer porque tengo la sensación de que el Carnaval no ha cambiado nada.
-¿Cómo recuerda aquella experiencia?
-Fue muy divertida e intensa. Yo fui rey en solitario, pero me rodeé de un buen séquito que se lo pasó tan bien como yo. Elegimos como temática el circo y tuvimos la suerte de que había uno instalado que sacó los dromedarios (¿O eran camellos?) a la calle de La Cámara. Fue genial. Aunque ahora no se podría.
-¿Cada vez tenemos la piel más fina?
-Eso parece. Aunque la anécdota más incómoda que recuerdo me ocurrió hace muchos años, en los primeros del Antroxu. Me disfracé de Hitler y mucha gente lo interpretó como una apología, cuando en realidad y para nada. Trataba de trasladar un odio visceral.
-¿Le gusta la polémica?
-No, siempre elegí disfraces pegados a la actualidad. El año pasado me disfracé de Donald Trump y el anterior, de George Bush.
-¿Se disfraza por afición o por obligación?
-Me disfrazo porque me gusta y casi por obligación. Tengo menos humor. Pero no sé qué pasa, para el año que viene no me disfrazo y siempre surge algo.
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-Será que la corona de Rey deja marca...
-¡Bueno, estuvo a punto de terminar en tragedia!
-¿Cómo? Cuente, cuente.
-En la ceremonia de coronación contábamos con un espectáculo de magia y habíamos pedido que nos hicieran una trampilla en el escenario para que alguien pudiera desaparecer. Lo que pasa es que a quien la hizo se le olvidó taparla y se nos cayó uno en medio del espectáculo metro y medio. Menos mal que no le pasó nada. (Risas).
-De todos los disfraces de su vida, ¿cuál le ha dado más trabajo?
-Puf, pues no sé, la verdad es que me gustan los disfraces hechos con cuatro cosas, baratos y casi improvisados. Casi diría que Picasso (mientras lo dice, el flequillo se rebela). Tengo que decir que debo tener una cara muy adaptable porque con una peluca y cuatro barras de color en la cara, me parezco a muchos personajes.
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-¿Cambia mucho el Antroxu cuando se ve desde la barrera?
-No, porque yo siempre participo. El carnaval es participación. Casi desde el principio he sido jurado en alguno de los concursos.
-Eso no le permite participar, por ejemplo, en el Descenso.
-No activamente, pero en cuanto termina me encanta subir por Galiana y tomar algo en los bares. Es, junto con el desfile, de las actividades de la programación que más me gustan.
-Y, en el plano serio de la vida, ¿en qué proyectos anda ahora Favila?
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-Estoy preparando una exposición en sala BBVA, en Oviedo. Va a ser novedosa porque va a ser casi íntegramente de acuarela. Y también hay en perspectiva sendas muestras aquí en Avilés y en San Agustín de La Florida con los dibujos que ilustran el libro sobre Pedro Menéndez escrito por Román Antonio Álvarez.
-En estos últimos años, se ha familiarizado muchísimo con la figura del marino avilesino. ¿Qué le ha permitido descubrir que no supiera?
-Por ejemplo que acabó con la piratería en el mar Cantábrico. Es una suerte poder contar en nuestra historia con un personaje como Pedro Menéndez que, personalmente, me ha dado muchas satisfacciones, como el encargo por parte de la Casa Real de un cuadro para regalar a San Agustín de la Florida.
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-Su hijo ha debutado recientemente. ¿Orgulloso?
-Sí, mucho. De hecho también tengo una propuesta para realizar una exposición conjunta con la obra de él y de mi hija, que está acabando Bellas Artes y que todavía no ha debutado. Sería como darles la alternativa.
-Antes hablábamos de Pedro Menéndez. ¿Qué motivos le gustan más al comprador?
-En el tema de los gustos hay de todo, pero yo creo que predomina el gusto por el realismo. No hay más que ver lo visitada que fue la exposición de Sorolla en el Centro Niemeyer.
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