Inditex pone fin a su presencia en Avilés y anuncia el cierre de Bershka para noviembre

El cierre afectará a las siete empleadas que la multinacional gallega tiene ahora mismo en plantilla, a las que aún no se les ha planteado cómo será la salida, aunque las experiencias en otras localidades y lo ocurrido en el propio Avilés hace pensar que serán reubicadas en otros establecimientos de la provincia, donde ya solo quedarán dos tiendas de la marca: la del centro comercial Los Fresnos, en Gijón, y la de Parque Principado, en Siero.

Inditex sigue así con su política de concentrar sus puntos de venta en establecimientos de mayor tamaño y ubicados en ciudades de un cierto volumen de habitantes al que Avilés ya no llega, y concentrarse en esos otros puntos de venta y, sobre todo, en la venta online.

La decisión de la empresa de poner punto y final a la trayectoria de Bershka en Avilés, que había abierto el 12 de noviembre de 1999, no ha sido ninguna sorpresa. Por una parte responde a esa estrategia empresarial que la empresa que preside Marta Ortega lleva algunos años implementando y que aquí ya se cobró a Massimo Dutti como víctima en 2020 y a Zara el pasado marzo. Por otra, hace poco menos de un año que este periódico publicó que el local, que Inditex tiene en propiedad, se encontraba en venta. Todos sabían que la marca tenía los meses contados, aunque no por ello el final resulta menos amargo.

Inditex llevaba en ese bajo del número 11 de Doctor Graíño desde que había abierto en él la tienda número 26 de Zara en España, en el comienzo de su expansión, allá por el año 1982. El éxito fue tal que tres lustros después amplió su superficie y se mudó al local de José Cueto. Era el momento en el que la empresa estaba desarrollando también nuevas marcas paralelas al margen de Zara, y optó por mantener la actividad allí bajo el paraguas de Bershka, ofreciendo prendas para un público más juvenil y atrevido, cosechando también un enorme éxito entre la clientela avilesina.

Corría entonces el año 1999, y buena parte del equipo que abrió la tienda se mantiene aún hoy en la plantilla, sin saber qué les deparará el futuro ni qué planes tiene la empresa reservados para ellas.

Con menos impacto del que tuvo el cierre de Zara, el de Bershka supondrá no obstante un nuevo mazazo para el tejido comercial avilesino, donde ya apenas resisten grandes cadenas de moda, y la desvinculación de Inditex de la ciudad. En la comarca solo queda la tienda de Stradivarius en ParqueAstur, que tampoco tiene el futuro garantizado a la vista de lo que viene ocurriendo en el grupo, donde las decisiones son estratégicas y no ajustadas a criterios de rentabilidad de cada una de las tiendas.

El año pasado, Inditex cerró el ejercicio con algo más de 5.800 tiendas en el mundo, bajando de las 6.000 por primera vez en más de una década. Buena parte del descenso lo tuvo la salida del mercado ruso, pero también el hecho de que hayan ido desprendiéndose progresivamente de los establecimientos en ciudades pequeñas y mediadas y concentrando los de las grandes en locales de mayor tamaño que pretenden ser 'buques insignia' de las distintas marcas.

Solo en un año se cerraron más de un centenar de tiendas de Bershka, pasando de las 971 a las 860, una cifra que ha seguido yendo a la baja al mismo tiempo que las ventas y los beneficios del grupo marcaban un nuevo récord. La estrategia de la empresa parece funcionarles, aunque con ella lastren la actividad comercial en algunos núcleos.

Lo cierto, no obstante, es que buena parte de las ciudades que han sufrido los cierres de Inditex ha sabido sobreponerse con nuevos negocios, en algunos casos del sector 'retail' y en otros con nuevas iniciativas, y las ventas, al menos en Avilés, no parecen haberse visto demasiado afectadas por la falta de estas grandes firmas. Sí ocurre, sin embargo, que dejan de funcionar como elemento tractor, desviando a determinado público hacia los centros comerciales y ciudades con una oferta más amplia en la que las marcas de Inditex sí se mantienen todavía.