SHEYLA GONZÁLEZ
AVILÉS.
Domingo, 24 de junio 2018, 01:58
La noche de ayer se tornó a tonos anaranjados y rojizos. Reflejo del fuego que depuró los malos recuerdos del pasado para forjar con ansia los deseos del futuro. Decenas de hogueras se prendieron la pasada media noche para dar la bienvenida al verano con las pilas recargadas de buenas energías. Un ritual ya tradicional en Asturias, que no dejó ajena la comarca, que animó las horas previas y posteriores con actuaciones de música celta.
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La fiesta comenzó primero en el entorno del pantano de Trasona. Allí, la música de DJ y el payaso Tato daban la bienvenida a los visitantes a una larga noche. Un año más optaron por idear dos piras, una para los niños y otra para los adultos, ambas con el palomar de Nubledo como protagonistas. Tras la quema de las hogueras iba a actuar el gaitero Hevia y el grupo Tsarigando. Pronto también se inició el programa previsto en Avilés. Antes de que el fuego prendiera en la madera, Luis Nuñez y Los Folgazanes animaron El Muelle con su música y dieron paso así a la quema de los malos recuerdos para culminar con la tradicional danza prima.
Estos escenarios no fueron los únicos en sumergirse de lleno en la noche más corta del año. En Castrillón se había previsto prender otras tantas piras repartidas entre Salinas, Arnao, Coto Carcedo, Las Bárzanas y La Braña, que animaron sus noches con música y actividades para compartir entre todos los vecinos la magia del verano.
San Juan de La Arena celebra estos días sus fiestas locales y ayer, además de quemar su propia hoguera, animaron la jornada con un bautismo infantil de paddle surf, acogieron a decenas de vespas en la concentración anual y asistieron al concierto del Corón E.M.Mieres. Igual que el resto de concejos, la música puso el colofón a la noche de la mano de la orquesta La Fórmula.
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