Multan con 600 euros a un avilesino por el envío de una carabina que Correos considera legal

José Luis Viña es avilesino, aficionado a la caza y propietario de varias armas reglamentarias para cuya tenencia asegura que dispone de todos los permisos correspondientes. Lo que no imaginaba es que la única que le iba a dar problemas es una carabina de aire comprimido que no ha usado nunca y que en la pasada primavera tuvo la idea de vender a través de un conocido portal de compraventa por internet.

Su odisea comenzó el 11 de abril, tras acordar con un comprador la venta del arma en la plataforma 'milanuncios.com'. Ese día, «a las 8.30 horas», como recordaba ayer a LA VOZ DE AVILÉS, «llevé a Correos en la plaza de La Merced la carabina de aire comprimido en su funda y empaquetada». Los funcionarios del servicio postal, poco acostumbrados a este tipo de envíos, tuvieron que consultar si podían hacer esa gestión, «hasta que me dijeron que me la llevase de vuelta a casa que ya me dirían si podían mandarla».

La consulta fue rápida, «porque a las once de la mañana me llamaron por teléfono y me dijeron que sí se podía enviar, que estaba permitido». José Luis Viña regresó entonces a la oficina de la plaza de La Merced y entregó el arma para su envío, además de recoger el justificante correspondiente.

El propietario de la carabina de aire comprimido se fue satisfecho de la oficina de envío postal, tras recibir el visto bueno de Correos. Pero no esperaba un giro inesperado en pocas horas. En concreto, el que dio otra oficina de Correos, en este caso el centro logístico de reparto de Llanera. Allí, al ver en el escáner un arma para un envío, dieron la voz de alarma a la Guardia Civil, y comenzaba entonces el calvario para su remitente.

«Al día siguiente me llama la Guardia Civil diciéndome que el arma está detenida por estar prohibido enviar armas», recuerda José Luis Viña. El avilesino tuvo que desplazarse para firmar una autorización de apertura del paquete al instituto armado, que le requisó la carabina de aire comprimido desde ese mismo instante.

Al no entender qué había pasado después de que Correos le dijese que se podía hacer el envío y que, en cambio, para la Guardia Civil no podía hacerse, abrió una incidencia aclaratoria en el servicio postal, cuya respuesta acabó por contrariarlo aún más. Tal y como reza en el documento que Viña mostró ayer a este periódico, Correos le respondió a este cazador avilesino a través de un correo electrónico el 17 de abril.

En primer lugar, le pedía «disculpas por las molestias que esta situación le haya ocasionado», para a continuación reafirmarse en la correcta actuación del servicio postal al recepcionar el arma para su envío. «Hemos realizado las investigaciones pertinentes y, tras consultar con el responsable de la oficina, entendemos que ha podido tratarse de un malentendido en la información proporcionada», continúa el correo.

Una vez revisado el caso del avilesino «por nuestro servicio de atención al cliente», Correos le informaba a José Luis Viña que «está permitido enviar carabinas y pistolas, de tiro semiautomático y de repetición; y revólveres de doble acción, accionadas por aire u otro gas no asimiladas a escopetas».

Para el avilesino, «lo que hacen en ese correo es confirmar que el envío fue bien hecho días antes». Pero lo que no se esperaba con el paso de las semanas era que, además de no recibir su carabina por parte de la Guardia Civil, desde Delegación del Gobierno se le remitía el pasado 6 de septiembre una multa de 600 euros por un supuesto incumplimiento de un artículo de la ley de seguridad ciudadana que obligaría a una autorización especial y a que el transporte de ese tipo de armas se realice mediante una empresa de seguridad.

«Además de que no me devuelven la carabina desde hace cinco meses, para este tipo no hace falta más permiso que la documentación del arma que tengo en regla. Hasta Correos hizo la consulta y me da la razón, y encima ahora me multan y la tienen requisada en el cuartel de Bustiello», replica desconcertado José Luis Viña.

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