Ocho horas de Pleno, tres mociones sobre el mismo tema y cuatro debates de ámbito nacional

Quienes pensaban que con el nuevo Reglamento Orgánico Municipal (ROM) se acabarían los plenos maratonianos en el Ayuntamiento de Avilés se equivocaban. Lejos de aprender la lección de brevedad y concisión, los grupos municipales protagonizaron ayer ocho horas de sesión plenaria para solventar dieciséis puntos del orden del día, cinco mociones, un ruego y diez interpelaciones.

La sesión empezó con problemas técnicos para seguir con claridad las intervenciones de los concejales que no estaban presentes en el salón de plenos, pero acabó atrapada por el reloj y con una sensación de desorden que, a pesar de los intentos de la alcaldesa, no tuvo arreglo debido al interés de los grupos municipales en agotar cada segundo de intervención y réplica.

Aunque hay propósito de enmienda para futuras sesiones, ayer se llegaron a debatir tres mociones sobre el mismo tema: la pandemia y sus efectos económicos en los distintos sectores. Una de Cambia Avilés sobre comercio y hostelería para pedir la máxima ayuda posible y consignación presupuestaria, otra de Ciudadanos, en la que solicitaba la reapertura de espacios culturales, y una tercera presentada a la una y media de la madrugada previa al Pleno por Vox, para plantear la reapertura de toda la actividad económica. No lograron consenso para reunirlo todo en un solo debate, y las tres mociones fueron rechazas por separado.

El Pleno también incluyó intensos debates sobre temas de alcance nacional que exceden el ámbito del Ayuntamiento de Avilés, como la denominada 'Ley Celaá' de reforma educativa, tramitada en el Congreso, el apoyo a los afectados por el cierre de las clínicas Dentix, el suministro gratuito de mascarillas o la escalada de tensión en la zona del Guerguerat que afecta al pueblo saharaui.