«'El abrazo' se sale de los cánones del teatro naturalista, está dentro del realismo mágico»

-¿Qué le supuso a usted, a nivel personal, que cayera en sus manos un proyecto como 'El abrazo'?

-He disfrutado muchísimo durante todo este tiempo que hemos estado explotando esta representación por los teatros. La hemos hecho en casi toda España y hemos tenido una muy buena acogida allá donde hemos ido. A la gente le ha gustado mucho y nosotros hemos disfrutado mucho también con ella. Es una función verdaderamente original y es muy diferente a lo que normalmente se ve en los teatros. Ahora ya es un proyecto casi acabado porque la estrenamos en marzo del año pasado, en el Teatro Bellas Artes, y este de Oviedo es uno de los último bolos de la gira.

-¿Por qué dice que esta obra se sale de lo que habitualmente vemos en los teatros? ¿Qué la hace especial?

-Porque esta representación se sale de los cánones del teatro naturalista, es una función que está dentro, más bien, del realismo mágico. Tenemos una manera bastante original de enfocar un problema, que es el que aparece entre una pareja ya muy mayor: tienen la posibilidad de hacer realidad su deseo de tener un hijo. Es un deseo que habían planeado y proyectado cumplir de jóvenes, cuando eran amantes. y que nunca llegaron a hacerlo realidad.

-¿Acaban desapareciendo los límites entre la realidad y la fantasía?

-Exacto, transcurre todo en un clima en el que las cosas reales no son tales, pero las cosas de ilusión parece que pueden hacerse realidad en cualquier momento. El actor Jimmy Roca es quien aparece en nuestras vidas (en la de mi compañero Juan Meseguer y en la mía) y nos hace ver que puede existir una posibilidad de pensar en él como en una persona a quien acoger. Su presencia produce en nosotros una sensación muy ilusionante pero, al mismo tiempo, esa sensación es bastante complicada, sobre todo, desde el punto de vista de nuestra propia generosidad.

-¿Qué papel juega el amor en esta historia de dos amantes que se reencuentran?

-El amor tiene mucha importancia porque no es muy fácil que ese sentimiento se conserve durante mucho tiempo. Esta pareja está en una situación bastante híbrida -por decirlo de alguna manera- porque, desde el principio, no se sabe muy bien si conservan aquel amor extraordinario que los unió o si realmente aquello ya se terminó, se apagó y no hay ninguna posibilidad de rehacerlo. Queda todo bastante en el aire, es una sugerencia para que el público sea quien tome partido sobre este acercamiento.

-¿El humor es aún más importante que el amor en esta representación?

-El humor es el ingrediente más importante de la obra porque todo se habla desde la ironía del encuentro de dos amantes después de tantos años sin verse. El público disfruta riéndose sanamente de las cosas que decimos y también de cómo abordamos las diferentes situaciones que se van dando.

-¿El público puede sentirse identificado con los sentimientos de esta historia?

-No sé yo si los demás se sentirán identificados. Yo, desde luego, no me siento para nada identificada, porque mi vida ha sido muy diferente a la del personaje que interpreto. Yo estuve casada toda mi vida, hasta que enviudé, y soy madre de familia, he criado a seis hijos. Lo dicho, ha sido muy diferente.