La gran exposición sobre Covadonga abre sus puertas

Titulada 'Cuadonga/Covagonda a través del arte', en ella el visitante se encontrará con la huella que la batalla ha dejado en el arte y la cultura a lo largo de los siglos. Yquiere hacerlo «con una mirada abierta y multidisciplinar», en palabras de su comisaria. Un viaje por las interpretaciones que los creadores –del siglo XVII al XXI– han realizado de aquel hecho histórico a través de diferentes disciplinas artísticas y, de paso, descubrir el impacto cultural y antropológico que Covadonga y Don Pelayo han tenido desde múltiples perspectivas.

El recorrido está estructurado en tres bloques, empezando por 'Cuadonga/Covadonga, a muchas voces', que se centra en mostrar este enclave tan simbólico y «fotografiado hasta la saciedad e ilustrado por grandes artistas y viajeros en su triple vertiente histórica, espiritual y natural», cuenta Alicia Vallina.

«Este primer bloque nos habla, por ejemplo, de la fiebre por promocionar el santuario como reclamo turístico para la región que tuvo lugar a finales del siglo XIXy principios del XX y pueden verse grabados que dejan constancia del magnetismo del lugar, estampas, postales y carteles firmados por grandes nombres como Vaquero Palacios o Mariano Moré». Un área que también exhibirá la visión romántica del pincel de Jenaro Pérez Villamil y la interpretación escultórica de Manuel Bergaz y Carlos Salas.

El segundo bloque expositivo, 'Pelayo rey: imagen y mito', analiza la representación del monarca, que, «a partir del XIX, se convirtió en un símbolo romántico que transitó entre el mito y la realidad». Así que el rey de los astures «suele aparecer rodeado de montañas o arropado por sus huestes. Siempre, en el centro de la composición, blandiendo sus armas o acompañado de ellas en una clara alusión a su carácter guerrero y valeroso». Una zona donde también se localizan algunas de las estrellas de la muestra:tres dibujos prestados para esta exposición por el Museo Nacional del Prado y realizados por Federico de Madrazo entre 1838 y 1842.

Y, finalmente, la última parte de la retrospectiva relata, a través de una selección variopinta de piezas, cómo «los nombres del rey Pelayo y de Covadonga despiertan la emotividad, dando lugar a numerosas manifestaciones vinculadas al ámbito de la tradición y de lo popular (de la música al cómic, pasando por el cine y la publicidad)». Una óptica antropológica y etnográfica que permitirá al espectador ver cómo este enclave único «sirvió para inspirar películas, documentales, eslóganes, villancicos, amuletos, etiquetas de botellas de sidra con la Virgen como elemento central y hasta una cera para muebles y suelos llamada Covadonga». Ytodo quedará plasmado en un magnífico catálogo.