Ramón Isidoro invita al vacío en Oviedo
La sala de exposiciones de la Universidad de Oviedo inaugura la próxima semana una muestra de pintura e instalación que se presenta como una experiencia sensorial
Es un artista múltiple, diverso, que no para de crecer y reinventarse, que busca y halla. Ramón Isidoro desembarca en la sala de exposiciones del ... Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo con 'Vacío está de todo ser el aire', una muestra comisariada por Sara Moro que sirve para contarle en su hoy y en su ayer, en su pintura y en su amor absoluto por la instalación, el juego y lo sensorial.
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El próximo jueves abre sus puertas para quedarse hasta el 31 de agosto una singular propuesta que se nutre de este 2025 y de diez años atrás. Así lo explica Sara Moro, que incide en que el creador acude a su esencia, jamás se aparta de ella, y muestra incansable su búsqueda: «La misma con la que, hablando desde la pintura, este artista consigue trascender más allá. Y es que con Ramón Isidoro nos hallamos ante un creador que recibe, aspira y se inspira en la poesía, la música, la filosofía, el cine, y un largo etcétera de manifestaciones que convierten su personal obra en un receptáculo de referencias, un mapa de gustos y gestos que, sin embargo, hablan desde la contención tras su asimilación o, al menos, desde la difícil capacidad de conseguir entresacar la huella, el hálito ajeno sin perder por ello su propia naturaleza».
Se entremezclan obras inéditas, las más recientes, con las que cuentan ya una década de vida. En las primeras, «paños de colores, ritmos tonales» componen «piezas exquisitas en su sobriedad que, sin embargo, empujan y embelesan». Cuenta pues la muestra ese viaje en el tiempo y el arte haciendo jugar a las obras, apenas una decena, las unas con las otras y con el espectador. «El artista habla de quién es. Lo hace desde el presente, pero sin olvidar su pasado. Como un vaivén temporal que mece mientras endereza», anota Moro.
Se sirve de la pintura y la retroiluminación para esas creaciones que se acompañan de dos instalaciones que marcarán la experiencia artística que habrá de vivir quien visite la muestra. «En este sentido, 'Vacío está de todo ser el aire' no solo conlleva una contemplación gozosa y concentrada, sino que implica, compromete y contiene al visitante a través de una serie de juegos de líneas y perspectivas cruzadas en las que, además, luz y color tendrán un papel fundamental», apunta la comisaria. Quiere lo dicho expresar que se presenta como una auténtica experiencia sensorial que invita a adentrarse en el vacío. El vacío es aquí «un fenómeno estético», el lugar desde el que surge para Isidoro la creación.
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Aunque nacido en León, Isidoro tiene en Asturias su lugar en el mundo para disfrutar con la pintura, la fotografía, para crear escenografía, también podría serlo la muestra, y ordenar y mostrar con tino el arte que lleva la firma de otros.
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