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Gretel Piquer, la comisaria de la exposición, muestra el cuadro en el que aparece San Lorenzo sin la iglesia San Pedro, que aún no había sido reconstruida tras la guerra civil, y con la barandilla del Muro en color negro. Belleza plástica y documento histórico. José Simal

El Valle más desconocido se agranda en casa

El museo de Somió inaugura una exposición que recopila obras de colecciones privadas para componer un relato visual inédito del artista

M. F. Antuña

Gijón

Viernes, 10 de noviembre 2023, 21:05

El último cuadro temporalmente hablando que encuentra acomodo en la exposición 'Un Valle no contado', que este domingo abre sus puertas en el museo de ... Somió que rinde tributo al pintor gijonés Evaristo Valle, es una estampa al atardecer de la playa de San Lorenzo, con la barandilla negra y sin San Pedro marcando la línea de la bahía. Es de 1949 y, tras la guerra, aún no se había reconstruido el templo, pero sí el Sagrado Corazón, que emerge entre las pinceladas. Este óleo es uno de los que nos cuentan ese Gijón del pasado y ese pintor menos visto y que Gretel Piquer se ha encargado de reunir recurriendo a coleccionistas privados en su mayoría y también a colecciones como la de los Selgas o la Caja Rural.

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Ese lienzo es de mitad del siglo XX, pero el recorrido de la muestra, que es cronológico, comienza a finales del XX y se adentra en el arranque de la centuria, con algunos dibujitos sorprendentes y encantadores de la propia colección del museo nunca expuestos con anterioridad, pequeñas tablitas y algunas curiosidades más que llenan las vitrinas, sobre las cuales, en la pared, empiezan a aparecen sorpresas, empezando por una estampa andaluza sobre papel para una publicidad de vino y siguiendo por el que fue el primer cuadro de Valle que se expuso públicamente, un gouache que son en realidad dos y que recrea una estampa festiva en la parte inferior y una batalla de los bóer en Sudáfrica en la superior y que fue enviado a La Haya para una subasta. Desde Amberes viajó la pieza para ser vista ahora en Gijón.

Entre dibujos y óleos superan el medio centenar de piezas reunidas. Nos muestran coloridos no siempre vistos, carnavaladas diferentes, también retratos, estampas tradicionales asturianas, que conducen en realidad a todos los valles, a excepción hecha del de las faenas carboneras, pero de una manera novedosa. Hay muchos detalles que mirar en cada una de las obras: que si un hermoso borriquito, que si la pareja que camina por San Lorenzo en esa estampa de la playa... Pasen y miren con calma.

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