Barbón se compromete con la Academia en iniciar este mismo año el proceso para que el asturiano sea lengua oficial
González Riaño, tras hablar con Foro «al más alto nivel», asegura que «está asegurada la mayoría de 27 diputados para aprobar la reforma del estatuto de autonomía que incluya la cooficialidad»
«No se podía empezar mejor el año», aseguraba el presidente de la Academia de la Llingua, Xosé Antón González Riaño, tras mantener ... esta mañana una reunión con el presidente del Principado, Adrián Barbón. Porque del encuentro, explica, salió con la promesa del presidente de que «este mismo año» se iniciará el proceso para afrontar la reforma del Estatuto de Autonomía que permita incluir la cooficialidad del asturiano en el Principado de Asturias. Un proceso que se iniciará, como es lógico, con encuentros entre las fuerzas políticas que apoyan la oficialidad de la Llingua asturiana y de la fala, o eonaviego, entre los que González Riaño incluye también a Foro Asturias. «Tras conversaciones con todos los grupos, incluido Foro Asturias, al más alto nivel, estoy en condiciones de asegurar que, en estos momentos, hay un apoyo muy claro de al menos 27 diputados, lo que supone unos tres quintos de la cámara, para que el futuro Estatuto de Autonomía incluya la oficialidad del asturiano y del eonaviego», confirmaba. «Y eso, junto con el compromiso del presidente, hace que esté en condiciones de asegurar que ese proceso se iniciará este mismo año, para que el asturiano sea oficial esta misma legislatura», explicaba en conversación con EL COMERCIO.
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En el encuentro, Barbón traslado a González Riaño su «compromiso irrenunciable» para conseguir la oficialidad antes de que se acabe su primer mandato, y también de que «los primeros pasos» se darán este año, porque aunque la principal preocupación del Gobierno asturiano será la de luchar contra la pandemia del coronavirus, que tiene prioridad sobre todo lo demás, «el presidente no se olvida de la realidad social y cultural de Asturias», detalló González Riaño, por lo que se abren «posibilidades inéditas desde la Transición» para solucionar «el problema del marco jurídico del asturiano, para desarrollar el artículo 3.2 de la Constitución Española, que apunta a que las comunidades con lengua propia vean reconocida la oficialidad en sus estatutos de autonomía, caso que, según González Riaño, »aún no ha sucedido con el asturiano«.
Confía el presidente de la Academia de la Llingua en sumar al debate al Partido Popular, que en otras comunidades como Galicia, País Vasco o Valencia, «no tiene ningún problema en utilizar su lengua propia». En este sentido, trabajará por que «el PP pueda aportar su punto de vista para, si así lo considera, »moderar el proceso e introducir los puntos que considere necesarios para conseguir un modelo de oficialidad que contente a todos, porque el PP es un partido de Gobierno y puede que en el futuro tenga que gestionar las cuestiones lingüísticas del Principado, por lo que su presencia en la reforma estatutaria puede decirse que, más que necesaria o deseable, es imprescindible«.
Además de estos planes de futuro, también se habló del presente. Porque la nueva ley de educación, la conocida como Ley Celaá, abre la puerta a las comunidades que cuenten con lengua propia, más allá de si es oficial o no, a desarrollarla en sus currículos de enseñanza. «En este sentido, aunque no se concretó cómo, estamos totalmente de acuerdo en que el asturiano debería estar mejor representado en todas las etapas educativas», explicaba González Riaño. Asimismo, Barbón se comprometió a que el asturiano tendrá más presencia en los medios públicos de comunicación (principalmente la TPA) y en la vida institucional del Principado. Algo, esto último, que ya está Barbón poniendo en práctica, por ejemplo en su discurso de fin de año y en las felicitaciones de Navidad, en el que se utilizó, además del castellano, el asturiano y la fala occidental.
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Hablaron también del futuro papel de la Academia de la Llingua en todo el proceso, para la que acordaron buscar un nuevo marco jurídico y administrativo, de forma que la Academia quede integrada, como sucede en otras comunidades, en el aparato administrativo de la región. En cualquier caso, recordó, «en democracia las decisiones las toman las mayorías, no son las minorías las que imponen sus puntos de vista, aunque haya que tenerlas en cuenta y respetar sus derechos», apuntó. Una reunión, en definitiva, en la que Gobierno asturiano y Academia de la Llingua encontraron «confianza y acuerdo» y que González Riaño califica de «plenamente satisfactoria».
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