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Museo de Bellas Artes. En la pinacoteca ovetense, los primeros visitantes fueron llegando, poco a poco, a lo largo de la jornada, aunque todavía la afluencia no sea la habitual MARIO ROJAS

La cultura asturiana reabre tras el cerrojazo

Tras más de un mes cerrados, los museos asturianos retomaron la normalidad en una jornada en la que llegaron visitas a cuentagotas

Ana Ranera

Gijón

Jueves, 10 de diciembre 2020, 21:11

En los museos asturianos ayer el ambiente recordaba al que se respiraba en mayo la primera vez que reabrieron. De nuevo se veían arrancando ... desde el mismo punto de partida: con las ganas, la incertidumbre y la calma arrasando la rutina de sus salas tras más de un mes cerradas. Las medidas de seguridad alcanzaban cada rincón como ya viene siendo costumbre– itinerarios señalados, dispensadores de gel hidroalcohólico y mamparas–, los visitantes llegaban a cuentagotas y las actividades se reanudaban sin saber muy bien cuál será su porvenir.

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En el Nicanor Piñole, en Gijón, sus profesionales estaban «expectantes» por saber qué iría ocurriendo. «Estamos viviendo en una incertidumbre permanente», reconocían. Aunque eso no mermaba sus ganas de volver a la carga y recibir a quienes quisieran disfrutar entre sus obras. «Estamos intentando volver a una cierta normalidad para dar una imagen de seguridad como institución pública», aseguraban. Para conseguirlo, la mañana transcurrió entre llamadas a todos los que se quedaron sin poder participar en las actividades programadas durante este tiempo de cerrojazo. «Vamos a retomar nuestro calendario y estamos avisando para que puedan venir», explicaban.

La tranquilidad de esta pinacoteca no era excepcional y se repetía en todos los museos que salpican nuestra región. En el Barjola, en el Pueblo de Asturias y en el Antiguo Instituto esperaban, con ganas, ver vida, de nuevo, en sus salas. Como en el Museo Casa Natal de Jovellanos, donde celebraban que habían recibido ya en la mañana sus tres primeras visitas. Aunque parezcan pocas, teniendo en cuenta los tiempos que corren, les sabían a gloria. «Es poco, pero algo hubo», apuntaban sus trabajadores felices.

Todos veían «normal» esta falta de trasiego pues, al fin y al cabo, la noticia de la reapertura llegó el miércoles por la tarde y apenas hubo tiempo para que calara en la gente. Por eso, en el Museo de Bellas Artes y en el Arqueológico tampoco tenían el ir y venir de una mañana habitual de jueves. Pero, al menos, hubo algunos observadores frente a sus obras. En Avilés, por su parte, el Centro Niemeyer vivirá hoy su primera jornada, al igual que ocurrirá en el Jardín Botánico.

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No solo los museos disfrutan estos días de su regreso, también lo hacen los teatros que, con distancia, vuelven a tener espectadores repartidos por sus butacas. El Jovellanos alzará el telón el sábado y el domingo con 'Conservando memoria', el Campoamor ya volvió ayer con 'Fidelio' y el Palacio Valdés lo hará con 'Ira' el próximo 17. En el Filarmónica habrá que esperar al día 15 para disfrutar de un concierto de la Sociedad Filarmónica y en el Auditorio Príncipe Felipe, el 14 está prevista la entrega del premio Tigre Juan. También vuelven a la carga el Cine Fantasio –hoy con el concierto de Blues & Decker y mañana con Mikel Erentxun– y El Huerto llevando a escena 'La Xirgu', de Etelvino Vázquez.

Todos estos espacios culturales que han abierto sus puertas lo hacen sabiendo que, otra vez, van a demostrar la seguridad de la cultura. Y lo dejarán claro cuantas veces haga falta porque en sus espacios se puede hablar de muchas cosas, pero no de contagios.

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