Fallece el periodista David Gistau a los 50 años víctima de una lesión cerebral

El periodista madrileño David Gistau -toda una referencia del columnismo de los últimos tres lustros- falleció ayer en Madrid después de que el pasado mes de noviembre sufriera una lesión cerebral. Tenía cincuenta años, estaba casado y era padre de cuatro hijos.

Antes de que su nombre se relacionase con una mirada crítica de la actualidad, Gistau -cuyo padre era gijonés y que se confesaba devoto del Sporting- comenzó labrándose una carrera como guionista de televisión. Sin embargo, siempre tuvo muy claro que «quería trabajar en una redacción» y empezó por una publicación de viajes.

Pero, además, fue corresponsal en Afganistán y enviado especial a Sudáfrica, donde cubrió el Mundial de Fútbol de 2010.

Trabajó en 'La Razón' desde 1997 hasta 2004, y entre 2005 y 2013 escribió en el 'El Mundo'. De ahí, fichó por 'ABC', donde colaboró hasta 2018. Y actualmente trabajaba con Carlos Herrera en el programa Herrera en Cope.

Desde abril de 2018 también había retornado a 'El Mundo', aunque se le podía ver asimismo en televisión y por los pasillos del Congreso.

Con un estilo contundente que continuaba la mejor tradición que agrandaron firmas como las de César González-Ruano, Julio Camba, Josep Pla y, ya más cerca de nuestros días, Francisco Umbral, David Gistau reunió una selección de sus primeras columnas en el volumen 'A que no hay huevos' (2004).

Un año más tarde, llegaron las de mayor calado político y social en 'La España de ZP' y 'Qué nos estás haciendo, ZP?' (2007).

En la novela se estrenó con 'Ruido de fondo' (2008), a la que siguió 'Golpes bajos'. Y el año pasado congregó un intenso y vibrante conjunto de relatos en 'Gente que se fue', uno de cuyos cuentos le rondaba como para armar con más demora una novela cuando hubiera ocasión.

Pero la vida no ha querido darle esa oportunidad, porque David Gistau llevaba desde el pasado 29 de noviembre en estado de inconsciencia e ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Clínico de Madrid.

Fue esa misma tarde, mientras estaba boxeando en el gimnasio Morales Box Chamberí de la capital, cuando se desplomó. No había estado intercambiando golpes con nadie, simplemente entrenaba, cuando, justo después de terminar, empezó a sentirse mal. Le comenzó a doler la cabeza y cayó al suelo repentinamente. Fue trasladado al hospital y operado de urgencia de la lesión cerebral. Allí vieron que tenía un hematoma subdural en el cerebro. Un golpe demasiado fuerte para un apasionado del boxeo que deja un enorme legado de columnas, reportajes, entrevistas y textos como ganchos directos a la mente y el corazón.