Una comedia de altura y merecida ovación

El texto de Buchaca nos presenta una trama en apariencia clara y sencilla: el conflicto que viven dos hermanos a los que une una estrecha relación de complicidad más allá de la puramente filial ante el final irreversible de dos presencias muy queridas, la de su madre, enferma terminal de Alzheimer y la perrita del personaje al que da vida Hipólito, ambas llamadas Rita. Con los mimbres de esa tensión desencadenada sobre las tablas y los sabrosos diálogos que la conducen, levanta Perotti una puesta en escena, consciente desde el primer momento de la poderosa fuerza que tiene en ella el trabajo de los dos protagonistas. La conducción del ritmo de la acción y de los diferentes climas que se van creando imprimen a la interpretación de ambos actores -soberbia en cada uno de ellos- la intensidad precisa para que todo funcione sin el mínimo altibajo. La escenografía de Alessio Meloni -responsable también del vestuario- manejada por los propios intérpretes, contribuye en su evolución a marcar el tempo emocional de las situaciones y las luces de Juanjo Llorens se suman en la creación del ambiente como una parte más del elenco.

La verdadera fiesta escénica la ponen Hipólito y Sagaseta dando su piel a estos dos hermanos. El primero, como no podía ser menos en un artista de su calidad, ofrece una auténtica lección maestra de cómo componer un personaje para encarnarlo dominando hasta el último de sus matices. Su compañera de función, desarrolla una excepcional labor de similar autoexigencia para conseguir que el duelo entre los dos protagonistas sea de los que desprenden chispas, conmoviendo eficazmente al espectador.

Comedia agridulce, en la que se olvida pronto por parte de quien asiste a ella y a medida que avanza, las muertes cercanas e 'irreversibles' (el adjetivo predilecto de la doctora Julia) sobre las que chocan las emociones de los dos hermanos, y que acaba mostrando la vida cotidiana en su inquietante drama. Carlos Hipólito exhibe su increíble facultad para hacer tan memorable un papel como el de su Toni en esta obra o el de su aún próxima contribución representando 'Macbeth' y Sagaseta nos brinda su mejor máscara de actriz de raza. Muy merecidos los aplausos de un público que se rindió al espléndido trabajo de ambos