Música seductora para un don Juan apasionado
'Don Giovanni', de Mozart, tercer título de la 75 Temporada de Ópera de Oviedo, regresa al Campoamor a partir del próximo domingo, 13 de noviembre
RAMÓN AVELLO
Domingo, 6 de noviembre 2022, 01:36
En sus 'Memorias', Lorenzo da Ponte, autor del libreto de 'Don Giovanni', cuenta que José II, el emperador de Austria, cuando vio la representación de ... este título, comentó: «La ópera es divina, y tal vez más bella que 'Las bodas de Fígaro', pero no es manjar para los dientes de mis vieneses». Da Ponte le comentó la observación imperial a Mozart, quien, sin inmutarse, contestó: «Démosle tiempo para masticarlo». Parece que no se necesitó mucho tiempo. La ópera se estrenó en Praga en 1787 y, veinte años después, se había 'masticado' y digerido muy bien en las principales capitales europeas.
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Esta ópera italiana, a caballo entre la tragedia y la comedia y definida por Mozart como 'drama giocosso', pronto se consideró como una de las óperas más perfectas de la historia (Rossini), o la esencia absoluta y eterna de la música (Kierkegaard).
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Música sobre el drama La música perfila y define los aspectos esenciales de la obra como los contrastes entre lo sobrehumano y lo humano, y, muy especialmente, la personalidad e interiorización de los protagonistas de la obra.
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Modernidad y tradición La paradoja de 'Don Giovanni' es que, siendo una ópera estructuralmente conservadora, que utiliza las formas fijas de recitativos y arias en una variedad de cuadros, es moderna en su unidad circular. Ya los acordes de la obertura anticipan la última escena de la ópera.
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Ópera seria y bufa Hasta en la clasificación de 'drama giocosso' parecen superponerse lo trágico y lo cómico. Incluso en los protagonistas, Zerlina, Leporello, Masseto y Don Giovanni proceden de la ópera bufa; Anna, Elvira y Ottavio, de la ópera seria.
En una ciudad tradicionalmente operística como Oviedo, es significativo que Clarín, en su novela 'Su único hijo', una mirada al mundo de la ópera y la afición lírica en una ciudad de provincias en el siglo XIX, solamente cita una ópera de un autor no italiano, que es, precisamente, 'Don Giovanni', probablemente representada en el teatro del Fontán en 1880. Sin embargo, 'Don Giovanni' ha sido, hasta hace bien poco tiempo, una rareza en las temporadas operísticas ovetenses. El título se representó, hasta ahora, en tres temporadas. En 1996, calificada por un crítico como «una zarzuelina»; en 2009, representado con notable éxito, y, en 2013, ambas en una coproducción de la Ópera de Oviedo y el Teatro de Magdeburgo, en Alemania.
El domingo, 13 de noviembre, a las 19 horas, y los días 15, 17, 18 y 19 (a las 19.30) regresa al Campoamor un nuevo 'Don Giovanni', nueva producción de la Ópera de Oviedo. Estará dirigida escénicamente por Marta Eguilior, joven escenógrafa bilbaína. Al frente de Oviedo Filarmonía se pondrá Elena Mitrevska, conocida en Oviedo por haber dirigido el Coro de la Ópera antes de emprender una brillante carrera internacional. Serán sus intérpretes el barítono Jacques Imbrailo, en el papel de Don Giovanni; la soprano María Rey-Joly, como Donna Anna; Vanessa Goikoetxea (Donna Elvira); el tenor Joel Prieto (Don Ottavio); el bajo Fernando Latorre (El Comendador); el bajo Rubén Amoretti (Leporello), Laura Brasó (Zerlina) y David Lagares (Masetto). El viernes 18, en la función Viernes Ópera, Ihor Voievodin (Don Giovanni), Irene Palazón (Anna), Juan de Dios Mateos (Don Ottavio), Laura del Río (Donna Elvira), Enric Martínez-Castignani (Leporello), Auxiliadora Toledano (Zerlina) y SoJin Yang (Masetto) serán sus intérpretes.
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Literariamente, el 'Don Giovanni' de Da Ponte continúa la tradición del Don Juan de Tirso de Molina, en un relato que puede parecer un tanto deshilachado a través de los dos actos, diez cuadros y un epílogo de la ópera. Aunque el libreto es bastante efectivo, la ópera adquiere toda su fuerza y unidad en la música. La partitura de Mozart, además de envolver y perfilar las situaciones y los personajes, hace que el drama teatral se supedite y sirva a la música. Para Mozart, la música nació para mandar a las palabras. Es la propia música la que está en la raíz del drama, la que perfila y universaliza los personajes, en definitiva, la esencia misma del drama musical. Don Giovanni es «la pasión personificada en notas», escribió Wagner.
La ópera utiliza formas cerradas -recitativos, arias, concertantes- procedentes de la ópera bufa, y, sin embargo, se encuadra dentro de una concepción unitaria, no solo por el predominio absoluto del protagonista, «un sol central sobre el que giran, como si fuesen planetas, los otros personajes», se ha escrito, sino por la circularidad propia de la música que enlaza el cuadro final con la obertura inicial. Mozart aúna lo trágico y lo cómico, lo aristocrático con lo popular. Es la música la que confiere a cada uno de los personajes una proyección y profundidad psicológica a la que no llega el libreto de Da Ponte, y al mismo tiempo, la que unifica tragedia y comedia, en una obra que se ha considerado la quintaesencia de la ópera total.
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