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La OSPA, durante su actuación de ayer en el Teatro Jovellanos de Gijón. OSPA

La OSPA, en Gijón

Del lirismo de Schubert al sonido catedralicio de Bruckner

La mezzo Anke Vondung y Nuno Coello al frente de la OSPA protagonizaron en el Teatro Jovellanos un concierto poético y monumental

Viernes, 29 de noviembre 2024, 11:42

Las nueve sinfonías de Bruckner, el compositor austriaco del que se conmemora el bicentenario de su nacimiento, son descomunalmente largas. Dependiendo del oyente y ... de la interpretación, esta duración puede ser para algunos una pesada amplitud, y para otros una divina longitud. Se cuenta que cuando se preparaba el estreno de su 'Quinta Sinfonía', que el compositor había corregido varias veces, le dejó al director la libertad para acortarla y así adaptarla a los tiempos. «En su verdadera longitud, solo se podrá tocar en los tiempos venideros», escribió el compositor. Ayer, en el Teatro Jovellanos de Gijón llegó ese futuro, en el segundo concierto de abono de la OSPA. La música nos inundó de contrapunto, de sonoridades orgánicas y reiteraciones temáticas en una versión vibrante, dirigida por Nuno Coelho.

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Antes de Bruckner, escuchamos a lo largo de la primera parte a la mezzo alemana Anke Vondung en una selección de lieder de Schubert llevados del piano a la orquesta por Britten –'La trucha'–, Reger –'El grupo del hades'–, Offenbach –'Serenata'–, y Liszt –'El rey de los alisos'–. A Anke Vondung la escuchamos hace años con la OSPA en la 'Rapsodia para contralto, coro masculino y orquesta', de Brahms. Su voz posee un registro muy homogéneo, un fraseo muy cuidado, adecuado volumen y una expresividad comedida y apropiada a estos lieder de Schubert.

Las versiones orquestales, en algunos casos, no añaden mayor musicalidad a la versión original para piano. Sin embargo, aportan cierto sentido descriptivo, especialmente destacado en 'La trucha' y 'El rey de los alisos', probablemente la mejor interpretación de la mezzo. Como propina, cantó el lied de Schubert 'A Silvia'.

Sin duda, anoche se escuchó el mejor Bruckner que ha interpretado la formación asturiana en toda su trayectoria

La 'Quinta Sinfonía' es, a pesar de su longitud extremada que parece invitar a la dispersión, una obra sólidamente unida por materiales temáticos que comparten los movimientos. La concepción de Coello fue soberana.

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Primero, muy unitaria, compacta, destacando en cada motivo que se repetía una especial intencionalidad. Por otra parte, muy rica en dinámicas y, finalmente, con un contrapunto muy cuidado en el que las melodías se interrelacionaban entre todos los instrumentos.

Destacamos especialmente la labor de todo el viento. Los metales, siempre compactos, muy afinados y rotundos en esa sonoridad brillante. De los movimientos destacamos el scherzzo de una gran variedad emocional y flexibilidad rítmica. Y el movimiento final, toda una síntesis de esta 'Quinta sinfonía', de las más difíciles de Bruckner y de la que escuchamos una versión que bien podría ser de referencia.

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Sin duda, el mejor Bruckner que ha interpretado la OSPA en toda su trayectoria.

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