Una orquesta de mil colores a las órdenes de Sakari Oramo
El finlandés dirigió en el Auditorio de Oviedo a la Sinfónica de la BBC con el violinista Inmo Yang como solista del Concierto de Beethoven
RAMÓN AVELLO
GIJÓN.
Domingo, 23 de abril 2023, 01:46
La Orquesta Sinfónica de la BBC es una agrupación acostumbrada a la variedad de repertorios por lo que sus reflejos y respuestas musicales son ... muy rápidos, casi instantáneos. Además de ser una orquesta contundente, es también moldeable como la plastilina. Posee una ductilidad sonora y una variabilidad expresiva excepcional, puesta al servicio de su director titular: el finlandés Sakari Oramo. El bueno de Zacarías (en finlandés Sakari es Zacarías, aunque suene a oriental) ha sido un excelente violinista, y ahora es un director de ideas claras y cierto vitalismo musical por lo que acelera tiempos y subraya matices. Ayer, en el Auditorio Príncipe Felipe, la Sinfónica de la BBC a las órdenes de Sakari Oramo ofreció un concierto muy completo, tanto por la solvencia de los instrumentistas, como por la belleza del programa. En la primera parte, los 'Cuatro interludios marinos' de Benjamin Britten, extraídos de su ópera 'Peter Grimes' (en realidad son los preludios a los diferentes actos de la obra) seguido del 'Concierto para violín y orquesta en re menor', Op. 61, de Beethoven. Y en la segunda parte, el 'Concierto para orquesta', de Béla Bártok.
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Los 'Cuatro interludios marinos' son cuatro visiones sonoras del paisaje que envuelve a un pueblo marino del mar del Norte, en donde se desarrolla 'Peter Grimes'. Los cuatro cuadros sonoros, el amanecer, la mañana del domingo, claro de luna y tormenta, se utilizan como preludios e intermedios sinfónicos de esta ópera. La versión de Sakari Orama fue muy descriptiva, muy plástica sugiriendo siempre la atmósfera marina, los sonidos de gaviotas, las campanas... En definitiva, unos preludios que se escuchan como pequeños poemas sinfónicos sin que sea necesario el conocimiento de la célebre ópera.
El 'Concierto para violín' de Beethoven posee una fuerza arrebatadora que anticipa los conciertos románticos del siglo XIX. El joven veinteañero Inmo Yang, un prodigio coreano del violín, nos ofreció una versión precisa, limpia y expresiva. Yang interpretó a Beethoven con una limpieza absoluta, pero con tendencia a retrasar el tiempo, especialmente en el primer movimiento, lo que creaba cierta sensación de estaticidad. Fue muy aplaudido y como propina interpretó la 'Sarabanda' de la Suite en sí menor de Bach.
En la segunda parte, la Orquesta se erigió en protagonista absoluta con el 'Concierto para orquesta', de Bártok. La idea del compositor es que las diferentes secciones e instrumentos de la orquesta dialoguen y se opongan al conjunto sinfónico. Es decir, que actúen como solistas y como grupo integral, un poco a la manera del concierto grosso barroco. Estructurada en cinco movimientos, el tercero, la 'Elegía' central es el corazón expresivo de una obra de organización simétrica pero nunca rígida. La versión fue muy movida, muy interesante en los contrastes de dinámica, expresiva sobre todo en el tercer movimiento y con esos contrastes irónicos, sarcásticos muy propios de la música expresionista del siglo XX. Fue un Bartok movido e interesante en el que se demostró que esta es una orquesta de grandes solistas que tocan también en grupo.
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