Las peticiones de ayudas para rehabilitar hórreos y paneras desbordan al Principado

Yese 'boom' del que también habla el medio centenar de profesionales que se dedican a restaurar estos graneros que ya casi nadie utiliza para guardar patatas se ha trasladado también a las peticiones de ayudas para rehabilitarlos, porque el Principado ha recibido más de medio millar de solicitudes –558 exactamente– para optar a la partida de 150.000 euros que este año la Consejería de Cultura dedicará a tal fin. Una cifra récord que ha desbordado las previsiones más optimistas y que duplica a las de ejercicios precedentes:en 2018, cuando la partida fue de 100.000 euros, se presentaron 255 solicitudes y se concedieron 27 y, en 2019, con un presupuesto de 125.000 euros, fueron 140 las peticiones, de las que, finalmente, recibieron respuesta positiva 26.

«Una partida claramente insuficiente, pero que es de agradecer en estos tiempos en los que hay tantas necesidades y que demuestra el interés de la consejería», subraya Víctor Suárez.

Tras constituir la Mesa del Horru y estudiar nuevos usos para estos tesoros etnográficos en los que el tiempo y la desidia causan estragos tan dolorosos como el derrumbe del hórreo de Vis (Amieva), con pinturas únicas del paso de las tropas napoleónicas por Asturias, más de dos siglos de historia reducidos a escombros, la consejería cerró el pasado 11 de febrero el plazo de la convocatoria de ayudas para la realización de obras de conservación, restauración o rehabilitación de hórreos, paneras y cabazos, así como de otros elementos de interés etnográfico. Unas ayudas que se esperaban con ganas después de que en 2020 no se convocase esta línea de subvenciones, a pesar de que no podrán exceder la cuantía máxima de 7.500 euros por solicitud.

Hórreos singulares en peligro

A ella solo podían optar personas o instituciones sin ánimo de lucro que sean propietarias de forma individual o compartida de hórreos, paneras, cabazos u otros elementos de interés etnográfico que formen parte del Patrimonio Cultural de Asturias. Aunque quedan excluidas, eso sí, las entidades locales, además de aquellos elementos etnográficos que sean BIC o estén incluidos en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias. Criterios estrictos que servirán de criba a la hora de decidir quién se hará con una de estas ayudas, por lo que el plazo de justificación no finalizará hasta el próximo 31 de octubre. Y, así, por ejemplo, el acceso a ellas comporta la condición de que los elementos por los que se solicita la subvención estén incluidos en los catálogos urbanísticos municipales con un nivel de protección integral. Y, en el caso de los hórreos, paneras y cabazos de los municipios que no cuenten aún con inventarios urbanísticos, la convocatoria está destinada a aquellos que sean anteriores a 1940 y constituyan muestras notables por su talla, su decoración, sus características constructivas o por formar conjuntos. Algo que, según los Amigos del Hórreo, «también es importante para que tengan prioridad los de mayor interés y no cualquier hórreo».

Pero es que, además, «la reactivación de las subvenciones supondrá un estímulo para que mucha gente se ponga a ello», confía Paulino García, otro de los puntales de la asociación. Y, en muchos casos, urge, porque –como cuenta García, que semana tras semana recorre la región de punta a punta en busca de ejemplares singulares– en Asturias «hay dos docenas de hórreos y paneras de especial interés a punto de venirse abajo y a la consejería le consta, porque hace más de un año que les entregué un dosier detallado». Así que, al margen de las ayudas públicas, ellos ya están en conversaciones con una entidad bancaria «para poder ofrecer créditos con condiciones especiales a quienes tengan interés en rehabilitar» alguno de estos testigos de nuestra historia.