Tensión y peinetas en la marcha antitaurina

El inicio de la Feria de Begoña tuvo su contrapunto en la ya habitual protesta antitaurina. Unas 1.200 personas, según fuentes policiales –1.700, según la organización– marcharon desde la Plazuela San Miguel hasta las inmediaciones de El Bibio. Allí tras el cordón de seguridad establecido por la Policía corearon consignas contra la tauromaquia, mientras a uno y otro lado, manifestantes y aficionados intercambiaban insultos y peinetas.

La distancia entre las vallas que delimitaban el final de la marcha y los accesos a la plaza, así como el propio cordón policial, impedían cualquier contacto físico, aunque se vivieron algunos momentos de tensión, especialmente cuando una señora mayor tras la pancarta de cabecera se encaró con agresividad a los agentes antidisturbios. Tras ser advertida por estos de que depusiera su actitud e invitada por varios manifestantes a retirarse, las aguas parecieron volver a su cauce, pero minutos más tarde ante un nuevo conato de enfrentamiento con los agentes y con las personas que la rodeaban, acabaría siendo apartada de la protesta para ser identificada. Fue un incidente del que se desmarcó la entidad convocante, Asturies Antitaurina: «Nosotros somos pacíficos y esta señora no representa lo que defendemos», declaraba la organización.

No fue el único incidente, ya que al paso de la marcha por Emilio Tuya fueron lanzados huevos desde una ventana que llegaron a alcanzar a varias personas. Entre ellas, el escritor y académico de la Llingua, Inaciu Galán, quien reconoció haber sufrido cortes leves por el impacto de las cáscaras y por lo que aseguró iba a interponer una denuncia. Galán sería el encargado de leer el comunicado final en el que interpelaron a la alcaldesa Carmen Moriyón para expresarle que «esti nun ye'l Xixón que queremos la mayoría de los xixoneses. Nun ye presentable qu'una ciudá amante de los animales tenga una fiesta dedicada a la so tortura».