«En este tiempo devastador, al mundo le faltan versos y le sobran violencia, terrorismo y dolor»

Ese es el fin último de 'Asturias, capital mundial de la poesía' –la iniciativa puesta en marcha por el periodista allerano Graciano García–, que colonizó chigres, taxis y plazas y que eligió la casa de todos los asturianos para celebrar su acto central. Una cita sin precedentes en la que más de sesenta personalidades leyeron poemas que quisieron «transmitir los valores humanos más profundos».Porque –como explicó el también director emérito vitalicio de la Fundación Princesa de Asturias– «al mundo le faltan versos que iluminen este tiempo tan devastador y le sobran violencia, terrorismo y dolor».

Fue el prólogo agridulce a «la fiesta de les pallabres» en el Día Mundial de la Poesía, transformado también en un emocionante homenaje al pueblo ucraniano a través del músico Yuri Nasushkin, que eligió el poema 'Testamento' –el más famoso grito de libertad de Tarás Shevchenko– para simbolizar el dolor de su tierra natal y el agradecimiento a su «casa» desde hace más de tres décadas:Asturias.

«Creo que la unión de los colores de las dos banderas no es casual. El pueblo asturiano volcado con mi patria de nacimiento hace que hoy no me salga hablar sin pausas», dijo con la voz entrecortada en un clamor que apoyó sin medias tintas el presidente del Principado, Adrián Barbón:«Reivindicamos la paz y nos oponemos a la invasión ilegal de Ucrania».

Barbón llegó a la Junta con «una sorpresa»para la consejera de Cultura de su Gobierno, Berta Piñán, que le escuchaba atentamente desde primera fila. «Porque, aunque ahora haga labores políticas, no podemos olvidar nunca su labor como grandísima escritora». Y, por eso, el jefe del Ejecutivo autonómico eligió 'Pa otros', una bellísima declaración de amor y de intenciones:'Pa otros l'aventura, los viaxes, l'anchor/ del océanu, Roma ardiendo y les pirámides,/ les selves inomables, la lluz de los desiertos,/ los templos y el rostru de la diosa. Pa ellos/ rascacielos y ciudaes, palacios del suañu/ contra'l tiempu, la sorrisa de Buda, les torres/ de Babel, los acueductos, la industria incesante del home y los sos afanes./ A min dexáime la solombra difusa del carbayu,/ la lluz dalgunos díes de seronda, la música callada/ de la nieve, el so cayer incesante na memoria,/ dexáime les zreces na boca cuando nena, la voz/ de los amigos, la voz del ríu y esta casa, dalgunos llibros,/ pocos, la mio mano dibuxando, a modo, la curvatura/ perfecta del to llombu».

No sería el único que empleó el asturiano, escogido también por el rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, y por la propia Piñán, que eligieron versos de Taresa Fernández Lorences (él) y Alejandro Fernández-Osorio (ella). La misma lengua en la que sonó Walt Whitman en la voz del portavoz de Podemos, Rafa Palacios. La del presidente de la Academia de la Llingua, Xosé Antón González Riaño, que recordó al añorado Xosé Bolado, y el portavoz de Foro, Adrián Pumares.

La delegada del Gobierno, Delia Losa, y el presidente de la Audiencia Provincial de Oviedo, José Antonio Soto-Jove, coincidieron en Blas de Otero, así que el magistrado viró el rumbo sobre la marcha hacia Pedro Salinas.

También en castellano el popular Pablo Álvarez Pire. Y Alfredo Canteli, alcalde de la capital, que rindió tributo a Antonio Gamoneda y José García Nieto, como minutos antes había hecho al dedicarles sendas placas en el centro de la ciudad. Yla directora de la Fundación Princesa, Teresa Sanjurjo, que convocó 'El verano invencible', de Albert Camus, al igual que Begoña Sesma, presidenta del Consejo Consultivo del Principado, llamaba a 'Los días dorados' del poeta gijonés José Carlos Díaz.

Resonó el eo-naviego de la vicepresidenta primera de la Junta, Celia Fernández, y de Álba Álvarez, portavoz adjunta del Grupo Parlamentario Socialista. Las estrofas de Calderón en mitad de «una guerra que, por desgracia, vuelve a hacer temblar los cimientos de Europa» en la voz del delegado de Defensa, el coronel Juan Luis González Martín;la 'Canción del pirata', de Espronceda, en la de la regatista Ángela Pumariega; también el mar en Luis Vicente Márquez, comandante naval de Gijón, y el 'Poema sinfónico de cuando me querían' (Mercedes Cebrián) en la garganta privilegiada de la soprano Ana Nebot.

Roberto Fernández Llera, Síndico Mayor de la Sindicatura de Cuentas, emocionó con 'Los pequeños cánticos de Asturias', de Seamus Heaney, y un «Puxa Asturies y viva Ucrania»;el entrenador del Oviedo, José Ángel Ziganda, con 'If', de Kiplig;Javier Almuzara, con unos versos dedicados a su abuelo, asesinado en la Guerra Civil, y Fernando Beltrán, con 'Tacto', surgido de su ingreso por covid:«Las cosas no serán la misma cosa,/ nosotros no seremos los mismos,/los otros no serán ya los otros,/ el amor no será ya el amor, será solo el amar, y será más».

Larga vida a la poesía.