Mónica Arias conquista el bronce en el Mundial máster en 10 kilómetros

«Estoy muy contenta de haber conseguido, por fin, una medalla en el Mundial», comentaba Arias satisfecha, al tiempo que añadía que «los podios en el Mundial se venden muy caros, por lo que ha me hecho mucha ilusión subirme a los cajones».

No lo tuvo fácil. Primero, la covid unas semanas antes del campeonato. Luego, un malestar por el aire acondicionado durante el viaje: «Todas estas circunstancias te bajan la forma, pero sobre todo la confianza. Además esta temporada he competido bastante y llegaba algo cansada», hace hincapié. «En los 10 kilómetros salí controlando a las dos rivales de mi categoría que me habían tomado la delantera, porque vi que no podía. Por eso, me concentré en que no me alcanzasen las rivales que venían por detrás para asegurar el podio», añade.

Está próxima a cumplir los 57 años y a la vista de los resultados mantiene las ganas del primer día. En ese sentido, comenta que la principal razón para seguir haciendo deporte a esta edad es «para sentirme bien». «No lo hago tanto por las competiciones, sino por el día a día. Encontrarte bien, a pesar de los años, siempre es una motivación. Si además vas a campeonatos y tienes resultados, eso es un extra. El hecho de cumplir años y mantenerse en forma son un plus que te anima a seguir».

Da por bueno todos los sacrificios hasta llegar a conseguir esta medalla, ya que Mónica Arias se levanta a las 5.30 de la madrugada para salir a entrenarse y poder compatibilizar el atletismo con sus obligaciones laborales. No oculta que «es duro, ya que la mayoría de la veces lo hago sola, pero merece la pena».

Este metal será un gran motivación. Se tomará una semana de descanso pero ya piensa en el Campeonato de España de media, en Albacete, en octubre, al que «espero llegar bien, aunque no tenga mucho tiempo para recuperarme de las competiciones de esta temporada».