«Me considero un hombre de balonmano, ha sido mi vida»
El histórico técnico asturiano, retirado en 2018, repasa sus cincuenta años en el mundo del deporte
VÍCTOR M. ROBLEDO
GIJÓN.
Sábado, 18 de enero 2020, 01:45
La vida de Javier García Cuesta (Mieres, 1947) ha sido un largo viaje con una pelota de balonmano en la maleta. El histórico técnico asturiano se ha pasado más de media vida en banquillos de todo el mundo. Dirigió a la Selección de Estados Unidos en varias etapas, así como a las de España, Egipto, Brasil y Portugal. Ahora, tras anunciar su retirada en 2018, pasa largas etapas entre Estados Unidos y Asturias, una tierra con la que nunca perdió el vínculo y en la que conserva a sus mejores amigos.
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-¿Qué ve ahora al mirar atrás?
-He estado 32 años entrenando equipos nacionales, seis a equipos y otros cuatro como preparador físico de fútbol, más nueve como jugador de balonmano. Son 51 años en el deporte. Yo me considero un hombre de balonmano. Estuve en el fútbol, pero desde 1979 y hasta 2018 mi vida han sido el balonmano.
-¿Cuándo eligió el balonmano?
-Empecé de niño en el Corazón de María a través de José Antonio Roncero, que me vio jugar algunos partidos. Estuve en infantiles y juveniles, luego me fui a Bilbao estudiar Económicas y jugué un año en La Salle Beyena. El Atlético de Madrid se fijó en mí y ahí jugué hasta me retiré. Durante un tiempo continué examinándome en Bilbao, pero no tenía mucho éxito (ríe). Decidí entonces hacer Inef.
-Como jugador vivió una de las mejores épocas de su deporte.
-Mi generación ganó algunas cosas, pero la que vino después consiguió más. En el Atlético competíamos con el Barcelona, el Granollers, el Calpisa de Alicante... La comparación entre el pasado y el presente en deportes no tiene sentido. En general todos han evolucionado para mejor, por lo que los buenos de cada generación teóricamente son mejores que los de la anterior.
-Cuéntenos cómo acabó como preparador físico del Atlético de Madrid de fútbol.
-Al acabar la carrera fui a hablar con el club para ver si había alguna posibilidad de trabajar ahí. Me había casado el año anterior y necesitaba continuidad trabajando en algún sitio. Yo pensaba en los juveniles del balonmano o del fútbol, pero entré el Atlético Madrileño, en la temporada 1975-1976. En noviembre me dijeron que tenía que ir a comer con Luis Aragonés y con Joaquín Peiró. Me ofrecieron ser preparador físico del primer equipo y lógicamente acepté. Ese año entrenaba por las mañanas con ellos, por las tardes con el filial y por las noches con el equipo de balonmano. Luego, los domingos, a jugar. Después de esa temporada me retiré para centrarme solo en la preparación física. Fuimos campeones de Copa, de Liga y semifinalistas de Copa de Europa. Al cuarto año me fui a Estados Unidos.
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-¿Cómo surgió esa opción?
-Fue a través de unos contactos y unas cosas muy curiosas. Mi idea era irme a un equipo profesional de fútbol. Había uno en Los Ángeles, el California Surf. Tuve una entrevista y me decían la respuesta en dos meses. Mientras tanto me llegó una oferta de la Federación de Balonmano y tuve que trabajar cuanto antes, porque tenía un hijo pequeño, así que acepté.
-¿Cuál considera el mayor éxito de su carrera?
-Con Egipto nos clasificamos para los Juegos de Sidney. Antes, en 1987, logramos con Estados Unidos la clasificación para los Juegos de Seúl y también fue un gran éxito. Con Portugal conseguimos el mejor resultado en un Europeo. Pero para mí lo más importante es haber aplicado y desarrollado programas en cada proyecto. Eso es lo que más me enorgullece, además de ser capaz de sacar a mi familia adelante durante cincuenta años. En todo eso tuvo mucha importancia mi mujer.
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-¿Y con la Selección Española?
-Dimos continuidad a la captación de talento que se había iniciado diez o doce años antes. El de la Federación es el programa más completo del mundo desde hace décadas. También creamos los Torneos Escandibéricos, que permitieron a los jugadores tener varios partidos al más alto nivel.
-Los entrenadores españoles gozan de prestigio en el extranjero, pero en su día fue usted un pionero.
-Los entrenadores españoles y los Inef son los mejores del mundo con una grandísima diferencia. Han conseguido trasladar a los equipos su formación. En ningún otro país se forma a los entrenadores como se hace aquí.
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