Los colores se sienten y se guardan bajo llave
Pasión. Seve Casanova y Juan del Valle tienen más de cien equipaciones de Sporting y Oviedo, de todas las épocas y algunas con mucha historia detrás
La pasión por el coleccionismo y por las camisetas de fútbol está en auge. Y, cuando se juntan ambas, la mezcla da lugar a auténticos templos repletos de reliquias. Eso es lo que han construido, uno en Oviedo y otro en Noreña, Seve Casanova y Juan del Valle, aficionados de Sporting y Oviedo que tienen en sus casas más de cien camisetas, respectivamente, de los clubes de sus amores, algunas de ellas con mucha historia detrás. En semana de derbi, qué mejor que juntarse y mostrarlas al público. Eso sí, sin perder la «necesaria» 'piquilla'.
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Ya que el partido se disputa en El Molinón, el protocolo obliga a empezar por Seve, sportinguista «de cuna» como «todo el mundo en El Cerillero». Recibió su primera camiseta del Sporting a los cinco años, cuando sus padres le regalaron la primera equipación de la temporada 1990-91, y comenzó a ir al estadio en torno a 2003, «la época de Marcelino». Como sobre el terreno de juego no destacaba, pronto colgó las botas y empezó a darle rienda suelta a su principal pasión: las camisetas de fútbol.
Del Sporting, que es lo que nos atañe para la ocasión, tiene 140, pero su colección llega a las 400, de todas las épocas y gran variedad de clubes y selecciones. Eso sí, todas tienen una seña de identidad común: son originales y han sido utilizadas por jugadores. Si no, «no me sirven», bromea. Es por ello que para conseguirlas tiene que echar mano de aplicaciones, amigos y a veces mucho ingenio. «A mí me gustan mucho las camisetas antiguas y cada vez se complica más acceder a ellas. Antes no era como ahora, que cada jugador tiene tres camisetas para cada partido. Antes utilizaban una o dos por temporada y es complicado acceder a ellas. Las camisetas van cumpliendo años y su precio se dispara», explica.
Y es el que el de los coleccionistas de camisetas de fútbol es un mundo paralelo, con diferentes maneras de proceder, amistades entrelazadas, exjugadores, familiares y desde hace algunos años redes sociales. «Los coleccionistas nos conocemos entre nosotros y nos ayudamos. Cada vez somos más y las redes sociales ayudan mucho». En ese sentido, Seve gestiona la cuenta de Instagram @sporting_gijon_remember, que cuenta con 1.279 seguidores y muestra todas las reliquias que va añadiendo a su amplia colección.
Su camiseta del Sporting más antigua es la de la final de la Copa del Rey contra el Real Madrid en 1982, y su favorita una «segunda equipación roja que sólo se usó en el Vicente Calderón en 1985. Es la de Ferrero. Creo que hay alguna foto de un partido de Copa contra el Siero», presume orgulloso. Mientras sigue atento a todas sus fuentes para seguir cebando su pasión, esta semana toca pensar en el derbi, el cual afronta con «optimismo».
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Y es que Seve no cambia con el paso de los años. «Vaya como vaya el equipo y tenga los jugadores que tenga, siempre creo que si estamos en Segunda vamos a subir, si estamos en Primera vamos a mantenernos, y si jugamos contra el Oviedo vamos a ganar». Es socio, al igual que su hijo de 16 años y vive en Oviedo, por lo que «por la calle mantengo un perfil bajo y los partidos de fuera los veo en silencio en sidrerías», sonríe. Su hijo es más atrevido:«Él sí que sale con la camiseta del Sporting por Oviedo, no tiene problema».
Aunque como coleccionista y residente en Oviedo que es, afronta el derbi y la rivalidad con el Oviedo con «naturalidad», reconoce que «a veces a uno le toca enfadarse» y que es bueno que se mantenga 'la piquilla', algo que comparte su amigo Juan del Valle. «Seve y yo nos conocemos desde hace tiempo es otra de las cosas buenas que tiene el coleccionismo, que haces amistad con gente que merece la pena».
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Aunque el Oviedo ha cosechado muchos mejores resultados que el Sporting en los últimos enfrentamientos, Del Valle no se fía, pues «las estadísticas están para romperse y algún día les va a tocar ganar». Seve añade que «este año que están mejor ellos ganaremos nosotros, igual que ocurrió lo contrario temporadas atrás», aunque Juan no está para muchas bromas. «Cuando estuvimos en el barro recibimos muchas mofas», subraya.
Siete años mayor que Seve, Juan nació en Oviedo en 1978 y se hizo azul por mediación de su padre, «que me llevaba al campo desde muy pequeño y en la celebración del ascenso del 88 me llevaron al Ayuntamiento», recuerda. Ahí se encendió una chispa que perdura en la actualidad, de tal manera que «sigo siendo socio y yendo al Tartiere a pesar de que mi mujer y yo nos compramos una casa en Noreña». Allí, en la planta baja, tiene su colección, con 170 camisetas del primer equipo y algunas más «de la cantera, el femenino...». Y también más merchandising azul, pues «colecciono de todo».
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Su primera camiseta del Oviedo fue «una Kelme del año de la UEFA, de la 1991-92». Y las más antiguas, «tengo 'Casabellas' de antes del ascenso del 88, varias 'Meybas', y la Hicks del ascenso», una de sus tres favoritas junto «a la Kelme de la UEFA y la equipación negra de la temporada 1996-97, que fue la primera que me regaló mi mujer», sonríe. También tiene cuenta en Instagram: @micoleccionrealoviedo.
Aunque «no soy el que más camisetas del Oviedo tiene», algo que no le preocupa porque «para mí esto no es una competición», Juan continúa sembrando una pasión que esta temporada también le está dando alegrías a nivel deportivo, pues «por primera vez en muchos años vamos al Tartiere con otro espíritu. Ganemos o perdamos, sabemos que vamos a ir a por el rival. Veo mucho optimismo en la grada y al final eso se contagia».
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