Dos históricos que decidieron tomar la 'Y'
Encuentro. Iván Iglesias y Ricardo Bango, que defendieron los colores del Sporting y el Real Oviedo, reclaman un derbi de armonía entre aficiones
El encuentro es frente a las taquillas de El Molinón. El goteo de personas que van a sacar entradas y a pagar los suplementos de abonados para el partido del sábado que enfrentará al Sporting y al Real Oviedo es constante. Con una agenda apretada en la jornada de ayer, el primero en aparecer es Iván Iglesias, canterano de los rojiblancos que llegó al primer equipo y, tras pasar por el Barcelona, decidió fichar por el eterno rival. Pocos minutos después lo hace Ricardo Bango, también gijonés, pero que pasó dos etapas en el equipo de la capital asturiana, una en el inicio de su carrera, la otra en el ocaso. Por el medio, el Sporting. Nada más verse, se les ilumina la cara y se funden en un abrazo. Fueron compañeros de vestuario y también rivales, acumulan derbis en sus piernas y son, por encima de todo, amigos. Ambos han pasado, de diferente manera, por una experiencia que esta temporada les tocará vivir a Haissem Hassan y Jonathan Dubasin, dos futbolistas que, como ellos, decidieron recorrer los 30 kilómetros de la 'Y' en busca de un nuevo futuro.
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La complicidad entre ambos es evidente. De camino a las gradas de El Molinón, cuyas puertas les ha abierto de nuevo el Sporting, ambos se sorprenden de los cambios en el estadio. Lo que no ha cambiado es la pasión por un partido que moviliza a miles de aficionados al fútbol en la región y que dura mucho más de noventa minutos. «Como asturiano, es un partido que representa mucho, lo vives con pasión por el arraigo y los vínculos familiares y de amigos. Cuando tocaba jugarlos, empezabas a vivirlo mucho antes. La gente te paraba por la calle y te recordaba la importancia del encuentro», rememora Iván Iglesias, que actualmente participa de un negocio familiar de formación además de estar al frente de su academia de fútbol. También para Ricardo Bango el derbi regional ha sido siempre un partido especial. Incluso un gol suyo de penalti sirvió para que el Oviedo se llevara uno de estos encuentros. Solo mencionar la palabra derbi le retrotrae a una época ya pasada sobre la que se agolpan los recuerdos. «Es muy bonita la trascendencia de este partido, la interacción que hay entre la gente. Te sientes orgulloso de haber formado parte de algo así, de haber sido integrante de aquellos equipos».
Bien saben ambos que ante un partido de estas características a un jugador no le pueden temblar las piernas. Además del enfrentamiento regional, Iván Iglesias vivió sobre el campo el Barcelona-Real Madrid y Ricardo Bango el Sevilla-Betis. Palabras mayores. «El futbolista debe escribir la historia de ese partido. La suma de todas esas voluntades del equipo es la que te acerca a la victoria», sostiene Ricardo Bango, para quien la tensión controlada es clave en un choque de estas características.
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A Iván Iglesias le tocó sufrir en sus carnes un recibimiento «hostil» en El Molinón cuando volvió al estadio con la camiseta del Real Oviedo. Aunque el tópico dice que una vez en el campo todo lo que ocurre fuera queda a un lado, el exfutbolista reconoce que no fe su mejor partido. Tras dejar Barcelona, tenía ofertas del Celta y el Zaragoza, entre otros. Pero tiraron más las ganas de volver a la 'tierrina' y fue el Real Oviedo el que apostó fuerte por ficharle. Hubo aficionado del Sporting que se lo recriminaron. «Te afecta en el día a día. Vivía en Gijón y la gente te lo recordaba, no precisamente para bien. Hubo incluso algún roce, porque hay aficionados que no lo entienden. Empecé en Mareo en fútbol sala y llegué al primer equipo, pero nunca fui antioviedista. Estoy orgulloso de todo».
Lo que se encontró en El Molinón fueron muchos pitos y «pancartas en las que se puede imaginar lo que ponía. Es un recuerdo negativo y algo que sí afecta al jugar». Ricardo Bango no tiene esa percepción de la época en la que decidió cambiar de equipo. «Siempre me recibieron bien. Cuando volví al Oviedo, en el primer partido me cambiaron y la gente me ovacionó. La afición es soberana, pero siempre recuerdo algo que me inculcaron mis padres. Eran del Sporting, pero el Oviedo era sagrado. Se trata de educar en la importancia de los éxitos de un equipo, no en menospreciar al otro, y eso pasa también por las conductas de directivos y jugadores. Hay que vivirlo con respeto y como una fiesta».
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La declaración de partido de alto riesgo conlleva fuertes medidas de seguridad a las que se ha unido en los últimos años la llegada al campo de la afición visitante bajo escolta policial. No será así el sábado, tras haber rechazado el oviedismo las 570 entradas ofrecidas por el Sporting, que alega imperativos normativos de La Liga, por considerarlas insuficientes. Conscientes de que se trata de una medida basada en criterios técnicos, los dos jugadores desean que se pudiera vivir un derbi con las aficiones conviviendo en armonía. «La mayoría de los aficionados no va a crear ningún problema, pero por culpa de uno o dos pagan miles. Me gustaría que las aficiones se pudieran sentar juntas», explica Ricardo Bango. Iván Iglesias, que recuerda tener que esperar dentro del estadio tras un mal resultado porque sus propios seguidores les esperaban para increparles, cree que antes «la hostilidad era mayor. Ahora el fútbol es más una fiesta».
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