«Me golpeó en el pecho y me insultó tras ver la roja»
El árbitro admite que el futbolista del Veriña expulsado se comportó «fuera de lo normal» al salir del campo
J. A. GARCÍA
GIJÓN.
Martes, 8 de mayo 2018, 00:18
El fútbol modesto vivió este fin de semana uno de esos incidentes que dejan al descubierto las dificultades que, en ocasiones, se encuentran los árbitros al realizar su tarea. Un joven integrante del cadete A del Veriña se revolvió de forma violenta hacia el colegiado que dirigía el encuentro entre el club rojinegro y el Arenal, en el Tragamón. Según consta en el acta, se puso «cabeza con cabeza con el árbitro, golpeándolo con ambas manos en el pecho».
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La reacción del Veriña fue inmediata, procediendo a expulsar al jugador. «Muchas directivas deberían aprender», subraya Adrián Arias, del Observatorio contra la Violencia, que aplaude una actuación tan contundente como ejemplarizante ante un caso que consideran «gravísimo». El expediente ya está abierto y hoy será abordado por el Comité de Competición en su reunión semanal.
El árbitro implicado en el incidente, Borja Álvarez Rodiles, quitó hierro a los hechos y los atribuye a un «lance del juego más» como ocurre, asegura, «en un 90% de las expulsiones». El menor se encaró con el colegiado después de que éste le enseñara en un minuto dos tarjetas amarillas de forma consecutiva. Una por protestar y la segunda por despreciarle. Sí admite que el futbolista expulsado se comportó «fuera de lo normal» al salir del campo, encarándose incluso con una espectadora después, eso sí, de insultarle gravemente, amenazándolo con esperarlo fuera del campo para pegarlo.
El comportamiento del jugador cadete no tiene justificación posible para el Veriña y su presidente Gonzalo Llano que, junto a los miembros de su directiva, zanjó el tema con la expulsión de un jugador que ya había tenido incidentes con compañeros y algún entrenador. «Tolerancia cero con la violencia. Es la forma de erradicarla, porque está en el campo y en la grada», advierte Llano que considera «inadmisible» que se generen episodios tan graves en el fútbol base.
El presidente rojinegro pide más contundencia a la hora de abordar este tipo de actos, «ir más allá de lo que puedan dictar los comités de competición. Celebra que se otorgue dimensión a este tipo de comportamientos al objeto que tengan las consecuencias necesarias.
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El joven, que conocerá hoy su sanción federativa, estuvo ayer junto a sus padres en las instalaciones del Veriña, aunque no se puso en contacto con la directiva rojinegra para dar explicaciones sobre lo sucedido, asumiendo que su expulsión del club no tiene vuelta atrás. De nada ha servido la vinculación que la familia ha tenido siempre con esta entidad, cuya camiseta defendió en el pasado su hermano mayor y actualmente lo hace su hermano pequeño, en las categorías inferiores.
Casos como este, lamentan los actores, se repiten con demasiada frecuencia cada fin de semana, dañando la imagen del fútbol de base. No es extraño que el Observatorio contra la Violencia impulse iniciativas para abordar los problemas que se generan en los campos de Asturias y que tienen como protagonistas a los propios futbolistas pero también a los padres o a los aficionados. A finales de mes, anuncia Adrián Arias, se organizarán las primeras jornadas destinadas a debatir sobre estos comportamientos y analizar que actuaciones se pueden promover desde el punto de vista educativo para poner freno a actitudes sonrojantes. «Si un chico es capaz de comportarse así en el campo, cómo será su actitud en la vida diaria», reflexiona Arias.
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