«El cuadro del Gijón Open supera todas las expectativas»

-En menos de diez días comienza todo. ¿Cómo se encuentra?

-Tengo muchas ganas de jugar en Gijón. Tenemos una suerte tremenda de contar con un torneo de tenis más en España. Consolidados Madrid y Barcelona, y con Mallorca creciendo, un Open como el de Gijón es importantísimo para el deporte español.

-El norte estaba un tanto olvidado...

-Era lo bonito que tenía la Copa Davis que teníamos antes. Llegaba a muchos lugares. El clima del norte a veces es un hándicap. Recuerdo la eliminatoria de la Davis que disputamos en Gijón, en la que existió la incertidumbre por culpa de la lluvia hasta el último momento. Jugar en el norte es especial para los que lo conocemos. En esta ocasión, al ser en pista cubierta, no habrá problema alguno.

-Gijón le va brindar un homenaje. ¿Qué le parece?

-Una alegría. Estoy en un momento de mi carrera en el que jugar cada torneo es un regalo. Hacerlo en España, en Gijón, un ATP 250, es algo maravilloso. Estoy muy agradecido a todos los que se han acordado de mí.

-La imagen de Federer y Nadal juntos de la mano en la despedida del suizo es la foto del año en el tenis. ¿Con quién se imagina usted una imagen suya parecida?

-Yo diría que es la imagen del año en el deporte. He tenido muchísimos adversarios, pero la suya es una rivalidad muy marcada. Rafa y Roger se habrán cruzado más de 30 veces. Quizás, por edad, yo me quedaría con David Ferrer o con Guillermo Coria. Odiaba, en el buen sentido, jugar contra él. Escoger solo uno es muy complicado.

-¿Habrá alguna sorpresa final en el cuadro?

-Seguramente. Todas las ciudades esperan hasta el final y guardan una invitación para un jugador 'top 'que en las últimas semanas no hubiera tenido un buen resultado o que quiera jugar para prepararse para algo más grande. Pero no se quién puede ser. También sé que hay muchos jugadores españoles jóvenes que querrían venir a Gijón.

-¿Cómo es a su juicio el plantel del Gijón Open?

-No se puede tener mejor cuadro siendo un ATP 250. Luego puede haber lesiones o bajas de última hora, pero para mí supera las expectativas. Davidovich, Bautista, Rublev... Cualquiera de ellos puede ganar el torneo.

-Y Pablo Carreño.

-Claro. El hecho de que Pablo Carreño juegue en casa es para él un plus de motivación, pero le vamos a dar guerra, hay gente muy buena.

-¿Con qué participación se quedaría usted satisfecho?

-No me atrevo a decir nada ahora mismo. A todos nos gusta ganar. Tengo 41 años, hay jugadores con 20 menos que yo y me lo van a poner muy difícil. Quiero prepararme para jugar en España una vez más y hacerlo lo mejor posible.

-El Gijón Open ATP 250 cuesta algo más de un millón de euros. ¿Cómo defendería esa inversión?

-Cualquier evento deportivo de este nivel tiene un impacto enorme en las ciudades en las que se realizan. Va a poner el nombre de Gijón en todo el mundo. También hay que agradecer apuestas así por el deporte. Es la mejor inversión que se puede hacer para el futuro.

-Está contento entiendo con este tipo de esfuerzos.

-España no es precisamente el país de la Unión Europea que más invierte en deportes y es curioso todo lo que se ha logrado en los últimos 15 o 20 años. Apoyar torneos como este es una apuesta de futuro en la formación de talentos.

-Lo normal es que Gijón no siga con esta licencia ATP cuando se recupere la gira asiática y finalice la guerra de Ucrania.

-Pero hay que verlo como un primer paso muy importante. Gijón tiene que hacer las cosas muy bien y dar una buena imagen para cuando vuelva a haber una oportunidad esté en las quinielas. Hay un montón de torneos que por una circunstancia u otra pueden cambiar y hay que aprovechar estas oportunidades.

-Usted es un declarado madridista. El otro día España pasó a la 'Final Four' con un gol de Morata, un ex del Madrid y ahora en el Atlético y con un seleccionador, ex del Madrid, pero culé...

-Y de Gijón. Luis Enrique es un gran entrenador. Reúne todo lo que tiene que tener un buen seleccionador y además es muy valiente. Cuando juega España, soy un hincha más. Me da igual quién esté. Disfruté con la clasificación y, si no se hubiera producido, no me hubiera enfadado lo más mínimo. Veo el fútbol, el baloncesto o al Madrid como un deportista, no como un fan.