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Mujer y emigrante, doble trabajo

Cuatro mujeres que han sabido superar obstáculos relatan su experiencia

MARLA NIETO

GIJÓN.

Viernes, 8 de marzo 2019, 04:01

«Pies para qué os quiero, si tengo alas para volar». La de veces que se les pasaría por la cabeza la frase de Frida Kahlo a estas cuatro superheroínas. Porque tener superpoderes no solo sirve para salvar vidas, sino también para superar obstáculos. Y salvarse a una misma no es tarea fácil. Es el caso de Amalia Tarano, publicista de Caracas, que vino a España tras el despido de su marido, trabajador de una petrolera venezolana, cuando Chávez llegó al poder. «Tuve que hacer cualquier cosa, hostelería, peluquería, hasta un curso de quiromasaje». En 2016 realizó un viaje a su país tras el cual tomó la decisión de formar aquí una asociación para ayudar a Venezuela. Así pues, se convirtió en presidenta de la misma. Hoy colaboran hasta 350 personas en el envío de medicamentos, comida y productos para la higiene.

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También venezolana, pero en esta ocasión de Charallave, es Dayana Silva, que llegó a España hace poco más de un año «escapando de la situación de mi país», afirma. Según ella «para los recién llegados, los trabajos son muy precarios. Empecé como camarera y ahora soy interna, es un trabajo complicado de asumir por la falta de tiempo libre, pero estoy manteniendo a mis dos hijos y a mi madre y mi hermano enfermos».

Alexandrina Bobeico es una mujer todoterreno. Procedente de Moldavia decidió un día hace once años, valentía por bandera, coger su maleta y venir a España después de haberse licenciado en su país en Ciencias Políticas y Administrativas. Le costó, pero al final realizó su sueño de emprender un negocio como técnico en uñas. «Empecé haciendo la manicura francesa desde casa y ahora tengo mi local, donde más que con clientas, trabajo con amigas», afirma agradecida.

También la parisina Sandra del Busto tenía fijada una meta en España. Estuvo de Erasmus en Madrid y luego se convirtió en directora de la Alianza Francesa en Gijón, destino que eligió porque sus padres son de origen asturiano.

Muy fuertes

No todas, ni siquiera Amalia y Dayana, siendo del mismo país, tienen una visión de la mujer del todo igual. En lo que sí están de acuerdo es que «Venezuela es un país matriarcal» con mujeres «muy valientes» y, aunque «nos gustan los hombres con detalles, eso no significa que no seamos fuertes». Notan incluso más machismo en España que en Venezuela. Dayana ha tenido que lidiar con desplantes como «¿cuánto cobras por tener sexo?» en varias ocasiones solo por el hecho de ser latina.

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Por su parte, Alexandrina, que afirma venir de «una cultura con un machismo mucho más desarrollado que aquí», anima a las mujeres a quererse a sí mismas: «Muchas mujeres no saben qué es lo bueno que tienen y yo intento hacérselo ver». Es consciente de que si se hubiera quedado en Moldavia «habría sido una víctima más del machismo» y dice que en España se siente libre. «El amor no es violencia, el amor eres tú misma», es el mensaje que quiere transmitir a las víctimas de algún tipo de violencia.

Sandra del Busto solo lamenta que en España existe un «grave problema de conciliación familiar». «Tengo una hija pequeña y apenas puedo pasar tiempo con ella porque mi horario no me lo permite». Ella tiene claro que en otros países europeos «se cuida más eso».

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